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Compadézcame usted, diría doña Tere |
18 de Diciembre del 2020 |
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EN LAS NUBES
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
De los doce que nacimos, solo siete quedan ya.
Con todo entusiasmo, alegría y orgullo, pero con sincera humildad, lo platicamos
Desde la invitación del abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes, nuestro hijo que lo organizó virtualmente, por eso de la corona –la cerveza debería ser bien fría—virus.
Nonagésimo primer aniversario del nacimiento de Don Carlos Fernando Ravelo y Galindo. INVITACION ELECTRONICA. NRDA
Buenas tardes
Mañana domingo 13 de diciembre a las 12:50 deben estar listos para entrar a las 13:00 en punto al enlace ZOOM.
Marina envíales a Marinita y a Pablo, se te olvido mandarme sus correos. (Ella vive en Austin, Texas y su hermano, en Calgary, Canadá)
Arturo por favor enviar la liga a la Chica para que esté el tío Ernesto al igual que a Gusi para que estén Gustavo y Ruth.
Tendremos 40 minutos y prorrogados por una sola vez.
Gracias por su atención, así como a los ángeles de Charlie, las enfermeras de Abo; Mary y Ale.
Y las instrucciones.
Una vez hecho el enlace mi papa se dirigirá a sus hermanos y en ese orden hablaran Carmelita por parte de los tíos Memo y Yola. Tatis por Mauricio. Marité por Teté. Verónica, por Rebeca.
Nacho desde las Nubes oirá.
¡¡¡¡¡¡Felicidades a Lupe por tu santo!!!!!!
Hasta mañana porque a las trece del trece, siempre una a la una.
Carácter: Confidencial
Días antes la invitación un anuncio grato. Leamos.
Buenas tardes Familia Ravelo
El próximo domingo trece de diciembre mi papa cumple NOVENTA Y UN AÑOS; o mil noventa y dos meses, o cuatro mil trecientos sesenta y ocho semanas, o treinta y tres mil doscientos quince días o setecientos noventa y siete mil ciento sesenta horas.
Lo que ustedes quieran.
Compadézcame Usted parafraseando a mi mamá quien estará en su computadora desde las cúpulas celestiales.
El Werito, como le decían de niño, estará acompañado por sus nietas Andrea, Ana Sofia, Ximena Guadalupe. Su nuera Martha, su yerno nieto Jassiel.
También con su nuevo mejor amigo, que tiene nombre de jirafa de la ciudad de México, el bisnieto Valentino.
Y contará con los corresponsales en Mérida, Querétaro, Calgary Canadá, Austin Texas, Barcelona España, Teotihuacán y la Vicente Guerrero en Iztapalapa.
Cantemos las mañanitas a Carlos Fernando Ravelo y Galindo,
después dará el uso de la palabra solamente a sus hermanos y a los representantes de los que están en las nubes.
Tenemos contratados 40 minutos en el satélite internacional PAJARO MADRUGADOR con opción de 40 minutos más.
Para tal acontecimiento nacional Ximena Guadalupe, -- quien se casa el próximo 13 de marzo en Mérida, Yucatán, con Rafael Jesús Puerto Reyes, ya les llegara la invitación electrónica--, mi hija, nos ayuda para tener una reunión virtual a través del llamado zoom entre los siete hermanos de mi papa y como auditorio los hijos, sobrinos nietos y bisnietos y demás familiares.
En casa de Abo Carlos estarán Sofia, Jassiel, Andrea, Ximena y el bisnieto Valentino y Yo mero.
Ayúdenme contestar a este correo y de favor renvíenlo a mi prima Marité Guevara Ravelo, a mi tío Ernesto Ravelo Galindo ya enterado por mí. A Gustavo Ravelo Galindo, Chacho y Arturo les dirán a mis primos.
Se sugiere tener una computadora con pantalla grande y bocina que aumente el sonido. Ya habemos muchos sordos, diría el de la fiesta.
Botana y suficiente líquido, para beber esos 40 minutos de reunión privada para celebrar a mi papá.
La cita es este domingo a las 12:45 y los datos de conexión se los enviare a más tardar el sábado 12 en la tarde.
Como dato curioso, Ximena Guadalupe Ravelo Barba es la descendiente número 100 de Doña María Teresa Galindo Lazcano de Ravelo, abuelita Tere y de Don Guillermo Ravelo Anaya abuelito Memo.
Saludos y espero su confirmación.
Por hoy, Una a la una.
Y llegó el trece. Compadézcame usted
Desde una silla en el despacho pasaron los primeros cuarenta minutos. Paréntesis obligado para otros cuarenta minutos.
El festejado, por excepción, llevaba una y media. Nada más
Nos vimos en la pantalla, que parecía espejo. Todos los hermanos, los siete—incluido el nonagenario—como hubiera dicho don Víctor Velarde Gorostieta, jefe nuestro en Excélsior, que nos conoció, clonados. Todos son raveliformes.
Sí los siete que aún vivimos, igualitos. Igualitos. Viejos, pero similares.
Allí estábamos, frente a frente, el publicista Héctor, 89 años. Ernesto, médico, 87. Gustavo, consultor, 85, Guadalupe, pedagoga, 83. Eduardo, fotografía científica,79. Marinita, pintora y última de la Dinastía de doña Tere y don Guillermo, 72.
Nos faltaron María Teresa, que hubiera cumplido 99 años. Guillermo, 97. Rebeca, 95. Ignacio, 85 y Mauricio, 74.
Doce que nuestros padres vistieron, alimentaron, educaron y bañaron.
Vivimos en la Colonia del Valle, Cerrada de San Borja 49, donde nacimos, en 1929, Carlos Fernando. En 1931 Héctor Humberto. En 1933 Ernesto Javier. Dos años más tarde en 1935 Gustavo. Y en 1937, doña Lupe.
Eduardo y Mauricio en Calle 10 y Avenida Primero de mayo 202, San Pedro de los Pinos. Tacubaya.
Marinita llegó en Sotero Prieto 26, Guadalupe Insurgentes.
Ella cerró la producción.
Doce vivimos. Y como recordaron en las bodas de oro de don Tere y don Guille, refiriéndose a los hijos:
“Ella los bañaba como si fueran platos. Y él los secaba y guardabas como si fuera tazas.
Cantábamos el himno compuesto por el jefe de la familia:
“Soy Ravelo y me orgullo es profundo…….
Y todos risueños, contentos con sus descendientes.
Nos reunimos, en la sana y saludable distancia, que sumados años de padres, hijos, nietos, bisnietos, rebasamos un milenio.
Compadézcame usted, dijera María Teresa, nuestra piedra angular, quien reprendía al suscrito al hablarle de tu. “Igualado”.
Como ya era pasada la una, todos, buenos casi, brindamos a la distancia. Igualitos, hasta en el chupe.
Perdón. Demos unos dos o tres comentarios. De fuera y de dentro.
Desde Montreal, Canadá, el cheff David Ravelo Izquierdo, hijo de María Luisa Izquierdo y su esposo Mauricio Ravelo Galindo, nos dice: « Buenos dias Tio y Jorge , (Antes de empezar, no olviden mi teclado esta configurado en frances, asi que si ven faltas de ortografia ( mayoritariamente acentos, disculpen no es intencional)
Primero que nada :
Bonne Fête al cumpleanero!!
Tio ,que gusto me dio verte , te veo como un ROBLE , integro y con la agilidad de plabara , carisma y porte de toda la vida !!
Te deseo que sigas disfrutando de cada instante, que sigas llenando de vida hojas en blanco con tus escritos y memorias ( que por cierto, estaria genial que se hiciera un libro con todos ellos)
Que sigas brindando por la vida , por los decenios , por las experiencias de vida buenas y no tan buenas pero sobre todo , por la gente que te rodea que te quieren y te estiman . Por el ejemplo que has dado y la inspiracion que eres para muchos.
Como dice esta cita : La edad solo esta hecha para los caballos, es decir, no importa la edad que tengamos siempre que la llevemos bien (l'âge n'est fait que pour les chevaux , c'est-à-dire, peu importe l'âge qu'on a pourvu qu'on le porte bien)
Gracias a ti y a Jorge por la atencion de invitarme a mom , a mis hermanos y a mi J . Y me repito , que gusto haberlos visto juntos ( Tu, Jorge , Martha, Ximena ( wow!!!! Se casa FELCIDADES !!) , Andrea hermosa, Sofia con su esposo y su pequeno , falto nuestro Dr que anda en Espana el tio avec sa femme.
ademas de todos mis otros tios , tias, primos primas, sobrinos , fue hechar el reloj una decada para atras y recordar ese bullo , risas estruendosas , el olor de los platillos que se calentaban en una cocina arremolinada de gente, los chistes a lo lejos , las historias, el pshhhhhh que hacia la taparosca de los refrescos al abrirse, la bebida fuerte a escondidas haha! y los reganos de las esposas hacia los esposos haha!! solo se escuchaba :
Mom : Mauriciooooo
Tia Bety QEPD : Wueritoooooo
Tia Ruth: Gustavoooo ,y todas (os) terminaban con: OTRA VEZ…!!! YA VAN A EMPEZAR!!!
Martha: Jorgeeeeee
En fin muchas memorias y anecdotas.
Ojala que el bien fundamental de esta tecnologia siga acercandonos y no alejandonos .
Gracias por esta iniciativa tan bella y que no sea la ultima
Un gran beso y fuerte abrazo , desde la distancia , hoy Lunes 14 de Diciembre 9 :21am a -3 siendo un dia gris como los otros , ultima semana de trabajo antes de salir de vaciones , unas vacaciones que anuncian una navidad un tanto diferente a las otras.
« No olvides que cada nube, por muy oscura que sea, siempre tiene un lado soleado mirando hacia el cielo »
David Ravelo Izquierdo. Assistant aux chargés de projet Coronavirus (COVID-19)
Un plan de télétravail est déployé, mais nous poursuivons nos opérations dans un délai raisonnable.
Nous suivrons les directives émises par le gouvernement fédéral, provincial et les autorités sanitaires et nous vous garderons informés des mises à jour.
Y la odontóloga María Del Carmen Ravelo Fernández de Lara que nos escribe:
“Queridísimo tío Güero, muchísimas felicidades, que Dios te bendiga cada día de los que nos sigas regalando con tus Nubes y tu maravillosa presencia.
Siempre, siempre, te he querido y admirado muchísimo. que has sido clave en mi vida y QUE por siempre vives y vivirás en mi corazón como un segundo padre, quien merece todo mi respeto y gratitud
pido a dios cada día te colme de salud, bienestar y mucho amor. .
Recuerda que siempre estoy a tu lado y siento tus palabras en mi oído cada vez que tengo el placer de leer "en las nubes".
Aunque en estos momentos de pandemia no te pueda abrazar y sentir físicamente. ahora me deleito mandándote un fuerte abrazo y un gran beso por siempre. muchísimas felicidades, bendiciones a tí y agradecimiento a dios por permitirme decirte y que puedas leer mis sentimientos de toda mi vida por ti.
Maravilloso tío güero”
Qué más podemos pedirle a la vida, luego de este espléndido regalo, acaso el último, de las gentes a quienes queremos, admiramos y, por supuesto, respetamos.
A todos les recordamos que este Werito, como me decían de niño, por bonito, pasará en casa Noche Buena, Navidad. Noche Vieja y Año nuevo.
No les de risa porque esos días, por orden del geriatra. Seguiremos sin visita. Asistidos por doña Mari Ramírez y Alejandra Lira, nuestros ángeles de la guarda, como llamamos a así por su uniforme azul.
Nos acompañan de día y de noche.
La cena comenzará a las 13 horas, con una a la una. Y terminará, como excepción, a las 16. Para iniciar, como diario, el sueño reparador.
A hermanos, primos, sobrinos, hijos, nietos, bisnietos una feliz navidad. A nuestros amigos también un mejor año nuevo.
Gracias a don Jorge, a su esposa Marta y a Ximena por tal regalo cumbre.
Y a todos por recibir las bendiciones, que les brindamos Bety y Yo CRG
craveloygalindo@gmail.com |
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Del escritor Teodoro Rentería Arroyave |
18 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma:
El periodista Teodoro Rentería Arróyave, en su obra actualizada “Mi Vida Son Nuestras Batallas”.
El más reciente de sus catorce libros escritos, nos narra en 611 –seiscientas once páginas-- Una Historia de las irrestrictas luchas por las libertades de prensa y expresión.
Este es un libro fuerte, de denuncia, dedicado a la sociedad mexicana, en donde no se defiende a los periodistas en sí, sino a los ciudadanos, con el hecho de que no sean bien informados.
Sabe lo que dice como reportero de calle y fundador de importantes redacciones de noticias para sistemas públicos y privados de televisión y radio, con una labor ininterrumpida de 62 años de trabajo.
Además, Teodoro es periodista y escritor, presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE. Secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP. Presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, Fapermex.
Dos veces electo presidente y miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana y académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG, entre otras muchas responsabilidades.
Sobresale la unificación del gremio periodístico del país, “un sueño acumulado por 45 años”.
Esta organización es la FAPERMEX, que nació del club Primera Plana, durante un congreso que reunió a 53 asociaciones periodísticas mexicanas.
Se convirtió en constituyente, así el 20 de mayo de 2002 quedó formalmente fundada.
“La única forma de defender la libertad de expresión y acceso a la información es la unificación de los periodistas”, diríamos todos, entonces y ahora, ufanos.
Así es, hoy hemos llegado felices, alegres, sanos y agradecidos a los 83 años de edad con la compañera de vida Silvia.
Los hijos: Teodoro Raúl y Yenni; Gustavo y Meritxell. Los nietos María José, María Fernanda, Gustavo, Arnau,
además de los incontables amigos hermanos que nos enriquecen en estas más de ocho décadas.
Permítanme mencionar a cuatro de los múltiples camaradas que
desde antes de la víspera ya estaban presentes con sus felicitaciones: Carlos Fernando Ravelo y Galindo, Guadalupe Alejandra Galindo Flores, José Antonio Aspiros Villagómez y Norma Lydia Vázquez Alanís.
Ahora es todo virtual, pero no por ello lleno de empatía amorosa, ya tendremos tiempo de celebrar en forma presencial.
Seguimos con el libro
El movimiento de México 68 fue un parte aguas en el ámbito
del periodismo, pues anteriormente las “ocho columnas” se dictaban de Palacio Nacional o de la Embajada de Estados Unidos.
“Fue cuando empezamos a hacer periodismo de investigación y libre”.
En cuanto a los códigos de ética, aseveró que es una decisión
En el cual, a través de una historia de vida, refleja la historia del periodismo, como los primeros noticieros a través de medios electrónicos como la radio y la televisión.
Asimismo, en el texto se abordan la creación noticieros, la censura, comunicadores, empresarios y presidentes.
Sobresale la unificación del gremio periodístico del país, “un sueño acumulado por 45 años”.
El periodismo mexicano está en momentos difíciles, porque en algunos estados se está dejando de trabajar información sobre el crimen organizado:
“Si la censura es mala, la autocensura es peor”, subrayó.
Ahondó en el tema al informar que Fapermex está en desacuerdo con el reciente pacto formado por algunos espacios noticiosos, el cual es un manual para el manejo de información en ámbitos violentos.
“Creemos que el periodismo es libre y eso es institucionalizar la censura”, reafirmó el periodista. Sin embargo, también exhortó a las instancias gubernamentales a dar respuesta a los atentados contra reporteros.
El periodista Teodoro Rentería Arróyave, en su obra actualizada “Mi Vida Son Nuestras Batallas”: Una Historia de las irrestrictas luchas por las libertades de prensa y expresión”, lamentó que México ocupa el primer lugar de atentados a periodistas y sus familiares, esto se
debe dijo, a la dolorosa impunidad que existe por parte de las autoridades en turno, siendo la intención eliminar las libertades de prensa y expresión.
De ahí que hizo un llamado muy serio, no únicamente a los periodistas, también a la sociedad en su conjunto, para que, por un lado, se disminuyan estos casos y en segundo lugar, castigar a quienes atentan contra quienes se dedican a informar, al gremio, las libertades y a la prensa.
“El periodista en México no está protegido, pero si es atacado”, puntualizó, al tiempo que afirmó que es para lamentar el hecho de que, tras el asesinato de algún compañero, se le ligue de manera inmediata con el crimen organizado.
Teodoro Rentería Arróyave, es periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, Conalipe; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, Felap; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, Fapermex, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana y académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG, entre otras muchas responsabilidades más, así como reportero de calle, fundador de importantes redacciones de noticias para sistemas públicos y privados de televisión y radio, con una labor ininterrumpida de 62 años de trabajo.
Debemos nosotros reconocer la labor del colega Fernando Alberto Irala Burgos que revisó el texto de las 611 páginas de esta obra cumbre, al menos la más reciente, de Teodoro.
Son muchos los puntos de lucha. Que podemos sintetizarlos en tres ejes fundamentales:
Las batallas, más que diarias al instante, por las libertades de prensa y expresión.
La defensa de la integridad física de los comunicadores y sus medios.
Y la profesionalización de los periodistas.
En el primer caso, siempre hemos sostenido y sostendremos que sin las libertades primarias, no hay convivencia social, no hay democracia, ni hay sentido de nación, ni hay nada.
Desde hace cerca de cuatro décadas, primero en solitario y ahora en conjunción gremial llevamos el registro puntual y documentado de los asesinatos y desapariciones de periodista y de otras víctimas de los enemigos de esas libertades.
De 1983 a la fecha suman 302 los homicidios: 264 periodistas; 2 locutores; 10 trabajadores de prensa; 14 familiares y 10 amigos de comunicadores y 2 civiles, además de 28 desapariciones forzadas sin aclaración alguna.
Esta lista del horror y representativa brutal de la vergonzosa impunidad, no concuerda con ninguna de las que se publican sin sustento alguno.
Todas ellas están sesgadas de acuerdo a intereses inconfesables. Nos hemos preocupado por la profesionalización del gremio.
Permítanme decirles, que cuando egresamos de la academia, el 97 por ciento de los colegas eran empíricos, y los menos éramos la burla de los que se formaron en la “universidad de la vida”.
Esto por fortuna, se ha revertido. Hoy el periodismo requiere de periodistas con formación universitaria, desde su mismo ingreso al gremio.
Lo hemos dicho, desde que muy jóvenes nos iniciamos en la docencia, en la Escuela Preparatoria Nocturna “Maestro José Vasconcelos”, que fundamos; en la Universidad Iberoamericana, y en la propia “Carlos Septién García”: La única y primordial tarea del periodista es servir a la sociedad. Cómo, con preparación intelectual.
Todo aquel que no entienda este postulado, nada tiene que hacer en el periodismo.
Hay muchos trabajos y muy bien remunerados, el que se afilie al periodismo debe saber que entra a una profesión de sacrificio y mal pagada. Aquí nuestra cuarta lucha.
El periodista en México es el más explotado.
Un 95 por ciento de los comunicadores no cuenta con contrato de trabajo; con el eufemismo anglosajón de “Free Lance”, solo se le paga al periodista por nota publicada o difundida, no por trabajada, por consecuencia no cuenta con seguridad social.
De ahí nuestra lucha de crear leyes de seguridad social del periodista en todas las entidades del país.
Tal como hizo que la secretaría de Educación Pública otorgara el título de licenciado en periodismo, por conocimientos adquiridos, a los colegas luego de demostrar su responsabilidad en su saber al menos en 25 años de actividad ininterrumpida en esta actividad, ahora tan
Peligrosa.
craveloygalindo@gmail.com |
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No salgamos del encierro |
17 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Aprovechamos esta coyuntura diplomática sobre el retiro de la embajadora Martha Bárcena en Washington y su casi seguro remplazo por el actual secretario de educación, Esteban Moctezuma Barragán, para transmitir saludable consejo de un emérito embajador en retiro, don Antonio Pérez Manzano:
“Muy estimado Carlos Ravelo Galindo, gracias por seguir compartiendo sus nubes, que más que nublarnos nos iluminan.
En el artículo de esta fecha hace referencia al concepto de humildad, el cual me hizo recordar un pensamiento que incluí en mi libro "La Diplomacia. Fundamentos para su Estudio y Práctica", en la parte en que se habla del deber ser del diplomático:
Es necesario reafirmar el concepto de la humildad, sin que importe el nivel económico, social o de responsabilidad alcanzado en un momento determinado.
Para el caso, Benjamín Franklin nos legó una opinión muy profunda y que bien vale la pena tenerla muy presente:
“Ser humilde para con los superiores es un deber;
para con los iguales, una muestra de cortesía;
para con los inferiores, una prueba de nobleza”
Personalmente, considero que tal reflexión debería tenerse enmarcada en un lugar preferente, como una máxima a ser observada todo el tiempo.
En el inciso correspondiente del libro mencionado, se expuso que:
Contrarios a la humildad son los vicios como la soberbia, la adulación, la ambición, la vanidad y otros más.
Un saludo cordial para usted y todos sus amables lectores. Antonio Pérez Manzano”.
Cansados de toda clase de prédicas políticas, en el encierro obligado por la pandemia, te platicamos algo, creemos, mejor.
Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo es una lista de 7 estructuras gloriosas, de las cuales solo una, la Gran Pirámide de Giza, resistió la prueba del tiempo.
El resto, que incluye los Jardines Colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa en Éfeso, la Estatua de Zeus en Olimpia, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría, lamentablemente ya no existe.
Afortunadamente, vivimos en una época en la que la tecnología nos permite hacer lo imposible, incluso viajar en el tiempo (más o menos).
Con ayuda de Jessica Quijano Romero logramos describirlas.
1. El coloso de Rodas
Una estatua gigante de 108 pies de altura del dios sol griego Helios, conocido como el Coloso de Rodas, fue construida sobre el puerto de Mandraki en Rodas alrededor del 280 a. C
Se necesitaron 12 años para construir esta majestuosa escultura, pero, lamentablemente, 56 años después de que terminó su construcción, fue parcialmente destruida por un terremoto y finalmente se derritió.
2. La Gran Pirámide de Giza.
Fue el edificio más alto del mundo hasta el siglo XIX.
La estructura de 481 pies de altura fue construida en 2560 a. C. por aproximadamente 100,000 trabajadores calificados que vivían en una ciudad temporal construida cerca.
3. Los jardines colgantes de Babilonia
Algunos arqueólogos e historiadores especulan si los Jardines Colgantes de Babilonia incluso existieron.
Si la estructura existiera, habría sido una pieza de ingeniería increíblemente compleja. Se dice que fue construido como un regalo del rey de Babilonia Nabucodonosor a su esposa, Amytis.
4. El faro de Alejandría.
De 330 pies de altura fue construido entre 300 y 280 a.C.
Por Sostratus de Cnidus y fue encargado por Ptolomeo I.
Los historiadores dicen que podría haber sido el primer faro del mundo.
Al igual que el Coloso de Rodas, parte del faro fue destruido por un terremoto en algún momento entre el siglo XII y finales del siglo XV, y el resto finalmente se transformó en una fortaleza medieval.
5. El mausoleo de Halicarnaso.
Fue una majestuosa tumba construida para Mausolus, el rey de Caria.
La estructura de mármol blanco de 148 pies de altura se construyó alrededor del 350 a. C. en la actual Bodrum, Turquía.
El edificio finalmente fue destruido por terremotos en el siglo
6. El templo de Artemisa en Éfeso
Fue construido como tributo a la diosa griega de la castidad, la caza, los animales salvajes, los bosques y la fertilidad con el mismo nombre.
El destino de este majestuoso templo fue bastante triste: construido y destruido por un incendio tres veces y todo lo que queda de él ahora es un pilar solitario.
7. La estatua de Zeus.
La increíble estatua de Zeus medía 43 pies de alto y estaba construida de oro, ébano, marfil, madera y piedras preciosas.
Desafortunadamente, la estatua fue parcialmente destruida por un incendio en el 425 d.C. y todos los materiales preciosos fueron robados.
Breve pero constructivo. Cero políticos. Y más humildad
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De “Mis Bendiciones” 4 |
16de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma.
Sin ironía sugiere don Domingo Beltrán
“La humildad debería ser carta obligada en todo servidor público.
Saludos gran señor, gracias por compartirme lecturas tan formativas y sin costo. Un abrazo fraterno”.
Y teníamos en la mejor redacción, añadimos, serenos.
Benditos sean aquellos que saben despertar recuerdos de un pasado feliz
Antes en las comidas del Club Primera Plana existía la compatibilidad intelectual. Aprendíamos de grandes maestros.
Mencioné algunos. Pero faltan más, muchos más. Quién no recuerda a los fundadores de este gran grupo de amigos, entonces 35, hoy cien.
Daniel Cadena Zepeda, poeta, escritor, reportero, de gran prosapia. Alfonso Agudín, serio, culto, enamorado, pero discreto. De Luis Vega y Monroy ya habló José Carlos Robles, dilecto amigo. Amén de sus múltiples libros sobre epigramas colosales, existe, la tengo yo, su famoso editorial, en tiempo de don Adolfo Ruiz Cortines, sin verbos.
Más adelante, para no entorpecer mis recuerdos de eruditos, lo pondré en este trabajo.
Renato Leduc, genio sin par. Hombre culto. De gran prosa. Novelas, libros, ensayos. En fin, luego lo presentaremos. Víctor Manuel Velarde, ese viejo zorro, director general de Excélsior 24 horas, quien honorablemente a petición del grupo que vigiló la elección, cedió los bártulos a quien terminó con Excélsior: hablo de Julio Scherer García, hoy convertido en Guía, enseñanza y Dios.
Siempre la gente habla de lo malo. Poco de lo bueno. Somos masoquistas por antonomasia. Nos encanta cuando alguien, en sus críticas, crónicas, habladas o escritas, despotrica, con justicia o sin ella, de alguien. Por lo regular son los políticos quienes más se llevan las palmas.
Se les acusa de una y mil tropelías, o trapecías. Pero, lejos de colocarlos en la picota, nadie, pero nadie, les hace algo. Ojalá que alguna persona pudiera darme cinco nombres de gente encumbrada en la política que ha sido sancionado. Y no me refiero a los enemigos tradicionales de los mismos políticos, sino de las venganzas entre ellos. Sólo así se le flagela, con la cárcel. Pero, estoy cierto, nadie les
quita un peso del que las crónicas los acusaron de hurtar. Es evidente que la corrupción –decía un ex presidente la solución- somos todos. Y cuánta razón tenía no en la solución.
Al respecto Armando Fuentes Aguirre, eminente periodista y escritor coahuilense refiere un cuento en donde un norteamericano, un ruso y un mexicano recibieron la gracia muy especial de poder hacerle una pregunta a Dios. Él les respondería con su sabiduría omnisciente. Preguntó el primero: “Señor ¿cuándo se acabará el capitalismo en Estados Unidos? Respondió el Creador: “Se acabará dentro de un siglo”. Al oír eso el norteamericano se echó a llorar desconsoladamente.
Preguntó el segundo: “Señor ¿cuándo se acabará el socialismo en Rusia? Contestó el Hacedor: “Se acabará dentro de cincuenta años”. Al escuchar esto el ruso de puso a llorar lleno de aflicción.
Preguntó el mexicano: Señor, ¿cuándo se acabará la corrupción en México? Y entonces fue Dios el que se echó a llorar.
En nuestro país la justifican porque sencilla y llanamente forma parte consustancial de eso que llaman, equivocadamente, nuestra idiosincrasia. Lo más falso. Esto, no lo primero, la corrupción.
Sería injusto no mencionar también a otros reporteros de mucho valor y verdad como lo fueron y algunos aún son, que engalanaban la redacción de Excélsior y las dos Ultimas Noticias. Muchos fueron enseñados por y en la escuela periodística de Carlos Denegri. Me refiero a Alejandro Ortiz Reza, Ramón Morones, Héctor Ignacio Ochoa, del que ya hablé; Manuel Mejido Tejón, Federico Ortiz, Miguel Ángel Álvarez. De Rogelio Cárdenas cuya anécdota lo pinta de cuerpo presente, la narro: El jefe de información, entonces Manuel Ratner, le encomendó cubrir el informe presidencial. Escribió la nota con gran profusión de detalles y datos. Concreta, sin calificativos. Alguien lo enteró que Denegri también había entregado otra de mismo asunto y tema.
Rogelio se presentó en la Jefatura de Redacción y preguntó por su información. Lo enteraron que “iría coleada –al final- de la del consentido del Skipper. Rogelio, no se inmutó. Pidió sus cuartillas, alrededor de trece, y sin más, en presencia de don Manuel Becerra Acosta, la hizo trizas y arrojó al cesto de la basura. Dio media vuelta y se retiró ante la estupefacción de todos los presentes. No discutió, simplemente, como debe ser, acató la orden del director y de nada valió que quisieran convencerlo para que entregada la copia, que también había recogido, pero poroto. Se publicó la de Denegri.
Rogelio, ya lo dije, trabajó en PEMEX y luego, a su jubilación, fundó el “Financiero”, que a su muerte, retomó el cargo su hijo, y a la muerte de éste, su progenitora.
Enrique Loubet, Jr. salió con Scherer en julio del 76; pero regresó a Excélsior a refundar Revista de Revistas, que aquél había sentenciado a desaparecer, como “Jueves de Excélsior”. La dirigió hasta su muerte, a los 75 años. Hoy todavía se le recuerda con afecto: bebedor y enamorado –con cinco matrimonios-, pero sin duda espléndido periodista, dibujante, reportero y redactor. Todos los adjetivos en uno. Ese fue Enrique.
Podría dar mil ejemplos. Pero dos son suficientes. Concretos. Veamos:
Cuando el PRI tenía el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial se consolidó una frase, a raíz del gobierno de Miguel Alemán Valdez, que para obtener un contrato se debía liquidar el diez por ciento de la cantidad destinada a la obra. De modo que al beneficiario del trabajo le entregaban el noventa por ciento. Y descontando el costo-operación de la misma, el resto, íntegro, se destinaba a la infraestructura.
Lo mismo acontecía con las medicinas, los alimentos, y todo, hasta escobas o trapeadores, que adquirían los tres poderes. Todos lo sabíamos. Lo tolerábamos, en el supuesto que apenas era un pellizco al presupuesto. Pero siempre se terminaban las obras y se entregaban las mercancías.
Los salarios eran moderados. El Presidente apenas ganaba 60 mil peros. Jueces, magistrados 20 mil. Ministros, 40 mil. Diputados y senadores, no más de 30 mil. Alimentos, escuelas, transportes eran accesibles a los salarios del pueblo.
El peso estaba casi a la par con el dólar, hasta que llegó Echeverría, le siguió López Portillo, continuó Miguel de la Madrid, en donde los intereses que se pagaban a los inversionistas subieron a 165 por ciento.
Está en los libros cuando Carlos Salinas de Gortari, en 1993, determinó bajar la inflación en forma drástica: le quitó tres ceros a nuestro peso. Como ejemplo, el que tenía un billete de mil, quedó en sólo un peso. Fue un paso doloroso, pero definitivamente necesario. Abolió la inflación que heredó de De la Madrid.
Dejó en manos de Ernesto Zedillo el país, quien, Zedillo, al mes de asumir el encargo, originó la fuga de capitales y por ende una deuda que, Estados Unidos, con un préstamo de 50 mil millones, que se pagó, lo sacó del problema. Nadie olvida que Zedillo,
aparentemente priísta, entregó el Poder al partido de la oposición, PAN, que tan pronto asumió Vicente Fox la Primera Magistratura, comenzó su carrera de errores. El primero, garrafal, decir en diciembre, fin de año y del ejercicio del presupuesto, que las arcas estaban vacías. Y preguntó cómo haría frente a los gastos de gobierno, si no había dinero en Hacienda. Le recordaron, o se lo enseñaron, que en México, como en cualquier país del mundo, el pueblo paga impuestos y de estos vive el gobierno. Y que estos, cada año, se recaudan al empezar el año.
El PAN, las pruebas son claras, precisas, concretas, indubitables, comenzó disponer del presupuesto arbitrariamente. Dedicó el cincuenta por ciento al gasto público, vaya sueldos; aumentó la burocracia y permitió, con ese ejemplo, que el Legislativo y el Judicial hicieran lo mismo. Y que cada año, a raíz de ello, tuvieran incrementos.
En 2008, en Reforma se publicó que el gobierno Federal utiliza del presupuesto, 85 por ciento de los dos billones de pesos, en sueldos y canonjías. Y el quince restante a obra pública. ¿Cuál?
El Jefe del Ejecutivo gana 125 mil pesos al mes. Los presidentes de las Cámaras, alrededor de 200 mil. Y el presidente de la Suprema Corte, algo menos de 600 mil mensuales. Amén de los tres Poderes tienen coches, teléfonos, viajes, ayudantes, etcétera con cargo al impuesto del pueblo.
Como dato adicional, no como crítica, sino como dato cultural, los ministros jubilados por Ernesto Zedillo Ponce de León, ganan, sólo por ir a cobrar, 175,000 pesos mensuales.
A todo esto, y no abundo en más, se refiere el mexicano cuando habla de corrupción.
Preciso que el 22 de agosto de 2008, el Palacio Nacional, en presencia del Presidente de la República, los Gobernadores de los Estados; el Presidente de la Corte, los subprocuradores Federales y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, un hombre, a cuyo hijo asesinaron luego de secuestrarlo, y cobrar el millonario rescate, Alejandro Martí, allí presente, elevó, con valor puntual, su voz para reclamar a todos, incluido el Jefe del Ejecutivo, su falta de autoridad y abandono del pueblo: “Señores, si piensan que la vara (con la vara que midas serás medido) es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo –se refería a terminar con la delincuencia-. Si no pueden, renuncien, pero no sigan ocupando las oficinas de Gobierno, no sigan
recibiendo un sueldo por no hacer nada, que eso también es corrupción”.
Referirme también a las declaraciones del Procurador General de la República, un día después, en Chihuahua, es triste, pero revela mucho. Dijo Eduardo Medina Mora que “los crímenes perpetrados por la delincuencia en los últimos días –llevaba siete años in crescendo- entre ellos el secuestro y asesinato del joven Fernando Martí, han servido de acicate para que las distintas autoridades logren una mayor coordinación en el combate a la criminalidad…” Y antes, por qué no se hizo. Nadie puede negar que mientras gobernadores, procurador, presidente de la Corte, etcétera, se reunían con Felipe Calderón, en el país, a la misma hora, los criminales bañaban muchos Estados en sangre, como a diario acontece aún. Esto y lo que siga, como decía en mi cuento, hizo, hace y hará llorar no solamente a Dios, sino a todos sus hijos.
Seguimos con el 5, en breve.
craveloygalindo@gmail.com
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Y hoy más que nunca Bety |
14 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Nos pregunta el colega Aspiros Villagómez:
Estimado amigo: ¿Ya no hay día de descanso para el autor y los lectores de En las Nubes?
De todas maneras, congratulaciones para los premiados, entre los cuales solamente conozco al amigo Abacha y lo felicité cuando se dio a conocer la lista de los ya muy acreditados "Flores Magón" 2020.
Salud, y otro abrazo por tu cumpleaños. Mi brindis por tí será desde hoy con mezcalito de Tlacolula (la tierra de don F) de la rara marca 4oo Conejos. José Antonio”.
Con el trabajo, cuando llegamos a los 91 años de edad y setenta y cinco de periodista nos llena de entusiasmo haber vivido. Y aceptar que no podemos permitir que nadie sienta la dureza de la soledad en momentos difíciles.
Que la fortaleza conlleva una serie de virtudes añejas que son a la vez su apoyo y su defensa.
Y se manifiestan en la lealtad, la gratitud, el respeto mutuo, la amistad, la deferencia, la afabilidad, la delicadeza en el trato.
La serenidad, el buen humor y el optimismo.
Y ya son casi seis años sin la madre de mis cuatro, únicos, hijos.
Eso sí, nuestros colegas, amigos y hermanos nos reconocen como decano del periodismo nacional. Del Colegio Nacional de licenciados en periodismo, nacido del Acuerdo Secretarial—SEP-- 286.
Y el de mayor edad, no el más viejo, en el respetado y respetado Club Primera Plana.
Presumimos lo que Octavio García Abrego, a un año de su partida, nos dejó escrito:
“Eres una persona con un estilo de comunicación persuasivo. Probablemente serías excelente como vendedor o abogado.
Como ellos, eres bueno para invocar la pasión cuando hablas de lo que te interesa, especialmente cuando se trata de persuadir a los demás para que piensen lo mismo que tú.
Sueles fijarte metas a largo plazo y
una persona muy motivada.
Te encanta el tipo de conversaciones que te animan y te preparan para conquistar el día, por lo que eres una gran elección cuando tus amigos te necesitan.
Todo ello nos hace recordar ufanos precisamente que el 30 de diciembre de 2012 recibimos en el marco del Acuerdo Secretarial 286 título y cédula profesional de licenciado en periodismo, como los primeros colegas, del que fue decano Carlos Ravelo Galindo, a sus 83 años de edad y 68 de reportero.
La ceremonia fue el 30 de noviembre de 2012, en el auditorio de la Escuela Bancaria y Comercial, de Paseo de la Reforma 122, a las 20 horas. Frente a mil personas
Casi ochenta reporteros recibimos de la Secretaría de Educación Pública, el último día del sexenio, nuestro título de Licenciado en Periodismo.
Quisiéramos compartir con ustedes el breve comentario que pronunciamos en gratitud al mundo oficial y periodístico. Es muy breve:
“La entrega de este título significa un homenaje a la vida y al tiempo.
Un homenaje a la libertad de expresión, al libre albedrío y a la pluralidad de pensamiento. Un homenaje al periodismo en pleno. Y un tributo, por supuesto, a la institución que nos lo otorga.
Lo recibimos con honor por nuestro diario devenir en esta honrosa y peligrosa profesión que a muchos al cumplir con su deber les ha costado la vida.
Por haber obtenido, a lo largo de la vida en la universidad de los golpes diarios, la experiencia, la cultura, la capacidad.
Somos el equilibrio entre quien informa, conoce la realidad del diario acontecer, y lo comunica a la sociedad.
Con orgullo también, por aceptar, valorar y poner en práctica la enseñanza de nuestras pasadas generaciones que hoy, seguramente, nos aplauden.
Convencimos con nuestros conocimientos empíricos a quien sucede en el escritorio a José Vasconcelos: Nos referimos a José Angel Córdoba Villalobos.
Y somos receptores del reconocimiento que, desde la Secretaría de Educación Pública, envía su titular al gremio periodístico que, nosotros, agradecemos.
Como también a sus colaboradores Guillermo Pablo López Andrade, Marlene Mendoza González, Alejandra Reyes Guzmán y Evelyn Sánchez Sandoval que sinodales implacables, pero justos, hicieron posible este también justo reclamo.
No olvidamos a Fernando Mora Guillén que brindó su apoyo desinteresado, y por supuesto a Teodoro Rentería Arroyave que, con su auxilio, como siempre al amigo, al colega, al conocido e inclusivo al desconocido, pudo hacer realidad ésta, que el suscrito hace treinta y cinco años, no pasaba, como lo apunté en la página 7 de “Pláticas de Periodismo”, de ser un atisbo de esperanza
.
Escribí en este mi segundo volumen, que en l990 editó el Club Primera Plana: “Gran profesión la del periodista.
Y al decir periodista quiero significar el cargo honroso y honrado de reportero”
Dije también que amén de pensar para escribir; eficaz, honrado.
De conciencia vertical, y con su aprendizaje, sin recurrir a la incuria, llegaría a recibir su título de periodista, y luego su maestría y por último, el doctorado.
Hoy se hizo realidad el sueño.
Este hombre de casi 83 años, mañana al reflejarse en el espejo, con inusitada alegría exclamará:
¡Querido Viejo; ya cumpliste!
Termino con una petición a todos mis compañeros de Fapermex, de Felap y, claro de mi Club Primera Plana, que reciben hoy este testimonio inapreciable, tributar un aplauso, de pie, a nuestro amigo Teodoro Rentería Arroyave, que bien se lo merece.”
Hoy cumplo con alegría, mis 91 años vivo, creo.
craveloygalindo@gmail.com
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Humildad que enaltece. Ejemplo a seguir |
11 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Con orgullo presumimos de nuestros lectores y amigos. No podemos aplazar esta probidad que nos explica con pulcritud el embajador Antonio Pérez Moreno.
Y nosotros calificamos de humildad que enaltece. Y ejemplo a seguir.
Díganos si no tenemos razón.
“Estimado amigo Carlos Ravelo y Galindo.
“Como todos los días nos deleitamos con sus artículos, que en esta ocasión tocó publicar el del embajador eminente Jorge Castro-Valle, quien nos ilustra sobre nuestra representación diplomática en Berlín, Alemania.
“Le agradezco la introducción en la que se refiere a su servidor:
"Y nada menos que el embajador Jorge Castro Valle Kuehne le concede el honor a su colega emérito Antonio Pérez Manzano darnos a conocer su plática."
“No es por falsa modestia que me permito aclarar que yo apenas alcancé el grado de "embajador de tercera", lo cual he explicado en el artículo titulado: "A quien pueda Interesar. Embajador de Tercera", publicado en la revista ADE el 8 de mayo del presente año, que compartí con usted y demás amigos y lectores, que anexo al presente.
De todas maneras, agradezco la distinción que me hace.
Reciba mi renovado reconocimiento por la labor informativa que realiza sin descanso, para bien de todos.
En cierta ocasión un alumno
Universitario me preguntó:
¿Qué clase de embajador es usted?
Yo respondí: Soy embajador
de México de tercera clase y
estoy jubilado.
Un abrazo, Antonio Pérez Manzano”
En el Servicio Exterior Mexicano entre los embajadores hay varias clases o categorías:
Para ilustrar lo anterior, comparto una anécdota: Hace poco tiempo me reuní con unos compañeros del Servicio Exterior Mexicano
(SEM), con quienes pasamos un rato agradable y hablar de lo bueno y lo no tan bueno de nuestra vida en el campo profesional; así como sobre la situación de jubilados, en la que ahora nos encontramos y disfrutamos después de décadas de servicio.
Entre las cosas de las que comentamos salió el caso de un colega que “se decía embajador” y uno de los contertulios le preguntaba: ¿fuiste embajador? ¿Ante quién presentaste cartas credenciales?
Dichas interrogantes dieron paso a una serie de comentarios en torno a nuestras carreras.
Desde luego, aunque a mí no me lanzaron directamente la pregunta sobre: ¿por qué me llamo “embajador” sin haber presentado credenciales que me acreditaran con tal categoría ante algún Jefe de Estado?, sentí que me aludían en algo de lo que me he sentido muy orgulloso, como es haber logrado con base en estudios, preparación, capacitación y méritos en el ejercicio de la profesión, los ascensos necesarios por medio de concursos públicos -para llegado el momento y de acuerdo con la Ley del SEM-, recibir el nombramiento de embajador de México.
Cabe hacer notar que, cuando hablamos de embajador de carrera, significa que alcanzó ese nivel de acuerdo con sus méritos reconocidos y compensados con un nombramiento, avanzando escalón por escalón hasta alcanzar el grado máximo.
Muchos llegamos a la edad de la jubilación sin haber sido adscritos como jefe de misión a una embajada para representar al Estado Mexicano, ante el gobierno de otro Estado o bien, para desempeñar las muy honrosas labores consulares en la categoría más alta, como es la de cónsul general.
De ese modo, se producen divisiones entre quienes por diversas razones alcanzan el grado o rango de embajador de carrera. Entre los compañeros se ha dicho que algunos funcionarios llegaron a esa categoría a la velocidad de un elevador, subiendo algo así como 20 pisos del edificio donde despacha el Secretario de Relaciones. Otros –los menos favorecidos-, fueron subiendo penosamente por la escalera,
algunos más nos hicimos viejos en el camino y nos llegó la edad de la jubilación; ante la cual no hay lucha que valga, la Ley es tajante: Baja del SEM por jubilación al cumplir 65 años de edad (recientemente se modificó la Ley y ahora será a los 70 años).
No obstante, como en todo hay excepciones, si “el dedo del Señor” le concede un nombramiento que lo mantenga en activo no importa la edad.
Al final del camino, para los efectos de la pensión pareciera que todos los embajadores somos “iguales”, pero eso no es así, unos son más iguales que otros, con lo cual se crean cuando menos tres categorías de embajadores, que en algún momento se podrían equiparar con los máximos rangos del Ejército Mexicano, como son:
A. General de División (3 estrellas); B. General de Brigada (Ejército) o General de Ala (Fuerza Aérea) (2 estrellas); C. General Brigadier (Ejército) o General de Grupo (Fuerza Aérea) (1 estrella).1
· 1. En el caso del Servicio Exterior Mexicano, la primera clase corresponde a los embajadores eméritos y eminentes, que de acuerdo con la Ley del SEM son:
2. La segunda clase es la de los embajadores que por recomendación del secretario de relaciones son designados por el presidente de la República para representar a México ante el gobierno de otro Estado, o bien, ante un organismo internacional. Esta distinción puede repetirse varias veces, dependiendo de la edad del funcionario, o del reconocimiento que tenga del mismo gobierno en turno.
En esta misma clasificación también se producen ascensos y designaciones en los mejores puestos dependiendo de méritos, o bien, del grado de conexiones o amistades a las que el funcionario puede recurrir para apoyarse; lo cual se refleja en la cantidad de años necesarios para alcanzar el rango máximo de la carrera diplomática.
Como resulta obvio, los aludidos después de haber ingresado por concurso, no tuvieron volver a presentar exámenes para ascenso.
También existe el lado opuesto, el “canibalismo”, que se llega a presentar entre los mismos aspirantes, ya sea por la competencia profesional, por celos o por intereses.
3. La tercera clase de embajadores la representan los funcionarios que habiendo logrado el ascenso a ministro del SEM por concurso público, o por nombramiento discrecional del secretario de relaciones exteriores -pero que llegaron a los 65 años sin que hubiera una plaza de embajador en algún país que pudiera ocupar-.
En ese caso, pasa irremediablemente a “disfrutar de los beneficios de la jubilación” y su pensión alcanzará el máximo otorgado en dicha categoría.
En esa situación fue que, el que esto escribe causó baja del SEM con la categoría de embajador (de tercera), equiparable a un general brigadier del Ejército Mexicano, con una estrella. craveloygalindo@gmail.com |
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De “Mis bendiciones” 3 |
10 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Seguimos con Los fundadores y un recado de don Domingo Beltrán:
“Chulada de verbenas, amenas y llenas de vida, amén de los aperitivos que seguro no faltaron. Gracias por compartir vivencias tan íntimas de gran enseñanza y degustación literaria. Que la salud os arrope por siempre sin que llegue a aplastarlo, un abrazo”.
“Benditos sean aquellos que saben despertar recuerdos de un pasado feliz”
Antes en las comidas del Club Primera Plana existía la compatibilidad intelectual. Aprendíamos de grandes maestros. Mencioné algunos. Pero faltan más, muchos más. Quién no recuerda a los fundadores de este gran grupo de amigos, entonces 35, hoy cien.
Daniel Cadena Zepeda, poeta, escritor, reportero, de gran prosapia. Alfonso Agudín, serio, culto, enamorado, pero discreto. De Luis Vega y Monroy ya habló José Carlos Robles, dilecto amigo. Amén de sus múltiples libros sobre epigramas colosales, existe, la tengo yo, su famoso editorial, en tiempo de don Adolfo Ruiz Cortines, sin verbos. Más adelante, para no entorpecer mis recuerdos de eruditos, lo pondré en este trabajo.
Renato Leduc, genio sin par. Hombre culto. De gran prosa. Novelas, libros, ensayos. En fin, luego lo presentaremos. Víctor Manuel Velarde, ese viejo zorro, director general de Excélsior 24 horas, quien honorablemente a petición del grupo que vigiló la elección, cedió los bártulos a quien terminó con Excélsior: hablo de Julio Scherer García, hoy convertido en Guía, enseñanza y Dios.
Siempre la gente habla de lo malo. Poco de lo bueno. Somos masoquistas por antonomasia. Nos encanta cuando alguien, en sus críticas, crónicas, habladas o escritas, despotrica, con justicia o sin ella, de alguien. Por lo regular son los políticos quienes más se llevan las palmas.
Se les acusa de una y mil tropelías, o trapecías. Pero, lejos de colocarlos en la picota, nadie, pero nadie, les hace algo. Ojalá que alguna persona pudiera darme cinco nombres de gente encumbrada en la política que ha sido sancionado. Y no me refiero a los enemigos tradicionales de los mismos políticos, sino de las venganzas entre ellos.
Sólo así se le flagela, con la cárcel. Pero, estoy cierto, nadie les quita un peso del que las crónicas los acusaron de hurtar. Es evidente que la corrupción –decía un ex presidente la solución- somos todos. Y cuánta razón tenía no en la solución.
Al respecto Armando Fuentes Aguirre, eminente periodista y escritor coahuilense refiere un cuento en donde un norteamericano, un ruso y un mexicano recibieron la gracia muy especial de poder hacerle una pregunta a Dios. Él les respondería con su sabiduría omnisciente. Preguntó el primero: “Señor ¿cuándo se acabará el capitalismo en Estados Unidos? Respondió el Creador: “Se acabará dentro de un siglo”. Al oír eso el norteamericano se echó a llorar desconsoladamente.
Preguntó el segundo: “Señor ¿cuándo se acabará el socialismo en Rusia? Contestó el Hacedor: “Se acabará dentro de cincuenta años”. Al escuchar esto el ruso de puso a llorar lleno de aflicción.
Preguntó el mexicano: Señor, ¿cuándo se acabará la corrupción en México? Y entonces fue Dios el que se echó a llorar.
En nuestro país la justifican porque sencilla y llanamente forma parte consustancial de eso que llaman, equivocadamente, nuestra idiosincrasia. Lo más falso. Esto, no lo primero, la corrupción.
Sería injusto no mencionar también a otros reporteros de mucho valor y verdad como lo fueron y algunos aún son, que engalanaban la redacción de Excélsior y las dos Últimas Noticias. Muchos fueron enseñados por y en la escuela periodística de Carlos Denegri. Me refiero a Alejandro Ortiz Reza, Ramón Morones, Héctor Ignacio Ochoa, del que ya hablé; Manuel Mejido Tejón, Federico Ortiz, Miguel Ángel Álvarez. De Rogelio Cárdenas cuya anécdota lo pinta de cuerpo presente, la narro: El jefe de información, entonces Manuel Ratner, le encomendó cubrir el informe presidencial. Escribió la nota con gran profusión de detalles y datos. Concreta, sin calificativos. Alguien lo enteró que Denegri también había entregado otra de mismo asunto y tema.
Rogelio se presentó en la Jefatura de Redacción y preguntó por su información. Lo enteraron que “iría coleada –al final- de la del consentido del Skipper. Rogelio, no se inmutó. Pidió sus cuartillas, alrededor de trece, y sin más, en presencia de don Manuel Becerra Acosta, la hizo trizas y arrojó al cesto de la basura. Dio media vuelta y se retiró ante la estupefacción de todos los presentes. No discutió, simplemente, como debe ser, acató la orden del director y de nada valió que quisieran convencerlo para que entregada la copia, que también había recogido, pero poroto. Se publicó la de Denegri.
Rogelio, ya lo dije, trabajó en PEMEX y luego, a su jubilación, fundó el “Financiero”, que a su muerte, retomó el cargo su hijo, y a la muerte de éste, su progenitora.
Enrique Loubet, Jr. Salió con Scherer en julio del 76; pero regresó a Excélsior a refundar Revista de Revistas, que aquél había sentenciado a desaparecer, como “Jueves de Excélsior”. La dirigió hasta su muerte, a los 75 años. Hoy todavía se le recuerda con afecto: bebedor y enamorado –con cinco matrimonios-, pero sin duda espléndido periodista, dibujante, reportero y redactor. Todos los adjetivos en uno. Ese fue Enrique.
Podría dar mil ejemplos. Pero dos son suficientes. Concretos. Veamos:
Cuando el PRI tenía el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial se consolidó una frase, a raíz del gobierno de Miguel Alemán Valdez, que para obtener un contrato se debía liquidar el diez por ciento de la cantidad destinada a la obra. De modo que al beneficiario del trabajo le entregaban el noventa por ciento. Y descontando el costo-operación de la misma, el resto, íntegro, se destinaba a la infraestructura.
Lo mismo acontecía con las medicinas, los alimentos, y todo, hasta escobas o trapeadores, que adquirían los tres poderes. Todos lo sabíamos. Lo tolerábamos, en el supuesto que apenas era un pellizco al presupuesto. Pero siempre se terminaban las obras y se entregaban las mercancías.
Los salarios eran moderados. El Presidente apenas ganaba 60 mil peros. Jueces, magistrados 20 mil. Ministros, 40 mil. Diputados y senadores, no más de 30 mil. Alimentos, escuelas, transportes eran accesibles a los salarios del pueblo.
El peso estaba casi a la par con el dólar, hasta que llegó Echeverría, le siguió López Portillo, continuó Miguel de la Madrid, en donde los intereses que se pagaban a los inversionistas subieron a 165 por ciento.
Está en los libros cuando Carlos Salinas de Gortari, en 1993, determinó bajar la inflación en forma drástica: le quitó tres ceros a nuestro peso. Como ejemplo, el que tenía un billete de mil, quedó en sólo un peso. Fue un paso doloroso, pero definitivamente necesario. Abolió la inflación que heredó de De la Madrid.
Dejó en manos de Ernesto Zedillo el país, quien, Zedillo, al mes de asumir el encargo, originó la fuga de capitales y por ende una deuda que, Estados Unidos, con un préstamo de 50 mil millones, que se pagó, lo sacó del problema. Nadie olvida que Zedillo, aparentemente priísta,
entregó el Poder al partido de la oposición, PAN, que tan pronto asumió Vicente Fox la Primera Magistratura, comenzó su carrera de errores. El primero, garrafal, decir en diciembre, fin de año y del ejercicio del presupuesto, que las arcas estaban vacías. Y preguntó cómo haría frente a los gastos de gobierno, si no había dinero en Hacienda. Le recordaron, o se lo enseñaron, que en México, como en cualquier país del mundo, el pueblo paga impuestos y de estos vive el gobierno. Y que estos, cada año, se recaudan al empezar el año.
El PAN, las pruebas son claras, precisas, concretas, indubitables, comenzó disponer del presupuesto arbitrariamente. Dedicó el cincuenta por ciento al gasto público, vaya sueldos; aumentó la burocracia y permitió, con ese ejemplo, que el Legislativo y el Judicial hicieran lo mismo. Y que cada año, a raíz de ello, tuvieran incrementos.
En 2008, en Reforma se publicó que el gobierno Federal utiliza del presupuesto, 85 por ciento de los dos billones de pesos, en sueldos y canonjías. Y el quince restante a obra pública. ¿Cuál?
El Jefe del Ejecutivo gana 125 mil pesos al mes. Los presidentes de las Cámaras, alrededor de 200 mil. Y el presidente de la Suprema Corte, algo menos de 600 mil mensuales. Amén de los tres Poderes tienen coches, teléfonos, viajes, ayudantes, etcétera con cargo al impuesto del pueblo.
Como dato adicional, no como crítica, sino como dato cultural, los ministros jubilados por Ernesto Zedillo Ponce de León, ganan, sólo por ir a cobrar, 175,000 pesos mensuales.
A todo esto, y no abundo en más, se refiere el mexicano cuando habla de corrupción.
Preciso que el 22 de agosto de 2008, el Palacio Nacional, en presencia del Presidente de la República, los Gobernadores de los Estados; el Presidente de la Corte, los subprocuradores Federales y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, un hombre, a cuyo hijo asesinaron luego de secuestrarlo, y cobrar el millonario rescate, Alejandro Martí, allí presente, elevó, con valor puntual, su voz para reclamar a todos, incluido el Jefe del Ejecutivo, su falta de autoridad y abandono del pueblo: “Señores, si piensan que la vara (con la vara que midas serás medido) es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo –se refería a terminar con la delincuencia-. Si no pueden, renuncien, pero no sigan ocupando las oficinas de Gobierno, no sigan recibiendo un sueldo por no hacer nada, que eso también es corrupción”.
Referirme también a las declaraciones del Procurador General de la República, un día después, en Chihuahua, es triste, pero revela
mucho. Dijo Eduardo Medina Mora que “los crímenes perpetrados por la delincuencia en los últimos días –llevaba siete años in crescendo- entre ellos el secuestro y asesinato del joven Fernando Martí, han servido de acicate para que las distintas autoridades logren una mayor coordinación en el combate a la criminalidad…” Y antes, por qué no se hizo. Nadie puede negar que mientras gobernadores, procurador, presidente de la Corte, etcétera, se reunían con Felipe Calderón, en el país, a la misma hora, los criminales bañaban muchos Estados en sangre, como a diario acontece aún. Esto y lo que siga, como decía en mi cuento, hizo, hace y hará llorar no solamente a Dios, sino a todos sus hijos.
Siguen más bendiciones 4
craveloygalindo@gmail.com |
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Del escritor Jorge Ibargüengoitia |
09 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma.
Con alegría recordamos a compañeros de Excélsior. Grandes escritores. Entre ellos a nuestro hermano publicista, Héctor Humberto Ravelo y Galindo –ya jubilado—que hoy cumple 89 años. Dos menos del que escribe.
Pero antes una recomendación del periodista don Jorge Herrera Valenzuela, que también compartimos:
“Vivimos el peor momento de la pandemia, por lo tanto, convenzamos a la gente que use el cubrebocas y guarde la sana distancia.
“Dolorosa y grismente, no habrá reuniones familiares de Nochebuena ni de Año Nuevo, por supuesto ni posadas ni las tradicionales comidas y cenas decembrina”.
Nos dice, siempre resiliente.
Hablemos de otro que fue colega en el Periódico de la Vida Nacional.
Jorge Ibargüengoitia nació en Guanajuato, Guanajuato, el 22 de enero de 1928.
Murió en Madrid, España, el 26 de noviembre de 1983.
Recordamos que el avión en que llegaba al aeropuerto de Barajas, chocó en la pista con otra nave.
Joy Laville fue su esposa
María de la Luz Antillón su madre y Alejandro Ibargüengoitia Cumming, su padre
La presencia de las mujeres en su vida, marcaron los primeros años de Jorge Ibargüengoitia, lo formaron para escribir a los siete años su primer libro.
Este 27 de noviembre se cumplen 37 años de la muerte de Ibargüengoitia, quien falleció en un accidente aéreo en España.
Nació el 22 de enero de 1928, en la ciudad Guanajuato, Guanajuato.
Un par de meses después murió su padre, por lo que su madre se mudó con su familia. Tres años después, la madre y el niño Ibargüengoitia se mudaron a la Ciudad de México.
Jorge Ibargüengoitia fue educado por mujeres, que tácitamente veían en él la esperanza de recuperar el modo de vida económico que antes llevaban. Querían que Jorge fuera un “buen ingeniero”.
Tenía siete años cuando redactó su primer texto, de sólo tres cuartillas.
“Durante varios días, cuando alguien llegaba de visita a la casa y la conversación languidecía, mi madre ordenaba:
– Enséñale a Fulanito tu periódico.
Yo obedecía y durante un momento Fulanito les daba vuelta a aquellas tres hojas y comentaba:
-Ah sí, mira, es un periódico”.
“El periódico duró hasta que llego mi tía Margó a la casa y yo se lo vendí a un centavo”, contaría el autor muchos años después.
Pese a su gusto por la literatura, Ibargüengoitia estudió tres años en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, que abandonaría por considerar que “malgastaba” su tiempo.
Durante tres años trabajó en el rancho de su familia, y tal vez sea a esta experiencia que se delineó en él su sensibilidad por los espacios y predilección a los lugares abiertos y desiertos.
Tuvo un encuentro con Salvador Novo, dramaturgo, poeta y cronista, y por consejo de él, al poco tiempo ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Así se inició la formación del autor.
Al tercer año dentro la carrera entregó su comedia Susana y los jóvenes, por la cual recibió la felicitación de su maestro, el dramaturgo Rodolfo Usigli, quien además hizo que la Unión de Autores la montara.
Comenzaron los éxitos, premios nacionales e internacionales, al igual que becas dentro y fuera de país. Ibargüengoitia inicio la docencia en la UNAM, donde impartió la cátedra de Usigli, al lado de su primera compañera, Luisa Josefina Hernández.
Entre 1954 y 1956 obtuvo la beca del Centro Mexicano de Escritores (CEM), en teatro.
En 1956 obtuvo una mención en el Concurso de Teatro Latinoamericano. Una de sus comedias infantiles fue aclamada y puesta en escena por la Compañía de Teatro Popular, en San Luis Potosí.
En 1956 obtuvo la Junior Artist in Residence, en la Universidad de Standford, EU.
En ese periodo escribió Llegó Margó.
También fue becario de la Fundación Fairfield, 1965; y de la Fundación Guggenheim.
Después vino un declive en su carrera: Usigli había desaprobado una obra de Jorge, lo que causó un desánimo, los productores no gustaban de su obra.
Económicamente pasó lo mismo, ya no tenía con qué mantenerse, y Luisa Josefina se quedó con sus clases en la Facultad. Ibargüengoitia había entrado en una crisis. Era 1960.
Sin embargo, como escritor Ibargüengoitia producía.
Fueron diez años los que entregó a la dramaturgia, 13 obras y cuatro piezas infantiles.
En ese lapso, sólo una obra y dos de las piezas fueron montadas en escena.
Ibargüengoitia comenzó a desencantarse de escribir teatro, e incursionó en la crítica teatral.
Escribía artículos mensuales para importantes revistas.
Fue una lenta transición, pero al renunciar al teatro ya escribía su primera novela. Los relámpagos de agosto fue el parteaguas entre el dramaturgo y el novelista.
En 1965, conoció a la pintora inglesa Joy Laville, quien se convirtió en su pareja.
En 1967 se publicó la primera recopilación de relatos de Jorge Ibargüengoitia, 13 cuentos reunidos bajo el título La Ley de Herodes. Todos con un protagonista llamado Jorge o Ibargüengoitia.
Al siguiente año, la pareja se trasladó a Santa Cruz, California, donde impartió clases en la Universidad.
En 1969, el director del periódico Excélsior, Julio Scherer García, lo invitó a colaborar con el diario con artículos de opinión.
Tras escribir la novela Maten al león, en 1970, obtuvo la beca Guggenheim.
Con solvencia económica, se mudó a la Ciudad de México, viajó por la república y por Europa.
Uno de los viajes, rumbo a Argentina en 1974, fue con el entonces presidente Luis Echeverría y otros artistas.
Para ese entonces, Ibargüengoitia ya había obtenido los siguientes reconocimientos:
–Premio Ciudad de México de la VII Feria Mexicana del Libro, en1960, por su obra La conspiración vendida.
–Premio Casa de las Américas (1963) por la obra de teatro El atentado, y en 1964 por la novela Los relámpagos de agosto.
–Premio de Novela México (1975) por Estas ruinas que ves.
La tragedia de Avianca
Para 1980 Jorge y Joy Laville, su esposa, se establecieron en París.
A Jorge le encantaba pasear por las calles de esta ciudad sin un rumbo, dejándose llevar a cualquier dirección. Seguía escribiendo.
Tres años después, el 27 de noviembre de 1983, salió de viaje, tras una invitación para asistir al Primer Encuentro Hispanoamericano de Cultura, en Colombia, y quería aprovechar para despejarse un poco de su novela Isabel cantaba.
No pudo alcanzar su destino.
El avión 747, de la aerolínea colombiana Avianca, que tomó el escritor se accidentó en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.
La mayoría de los pasajeros murieron, entre ellos, viajaban los escritores Ángel Rama, Manuel Scorza y Martha Traba. Y la actriz Fanny Cano.
Sus restos descansan en la Presa de La Olla, en una colina en los alrededores de la ciudad de Guanajuato.
El archivo personal del autor se encuentra en la Firestone Library de la Universidad de Princeton, EU.
Premio Ciudad de México de la VII Feria Mexicana del Libro, en 1960, por su obra La conspiración vendida.
Premio Casa de las Américas 1963 por la obra de teatro El atentado, y en 1964 por la novela Los relámpagos de agosto.
Premio de Novela México 1975 por Estas ruinas que ves. Su archivo personal se encuentra en la Firestone Library de la Universidad de Princeton.
Obra publicada de Jorge Ibargüengoitia
1. Un adulterio exquisito, originalmente Clotilde en su casa.1956
2. Teatro mexicano del siglo XX.1956
3. Teatro mexicano contemporáneo.1957
4. Susana y los jóvenes.1958
5. El atentado.1963
6. Milagro en el mercado viejo.1963
7. Clotilde, El viaje y El pájaro.1964
8. Los relámpagos de agosto.1964
9. La ley de Herodes y otros cuentos.1967
10. Los narradores ante el público, segunda serie.1967
11. Maten al león.1969
12. Viajes en la América ignota.1972
13. Sálvese quien pueda.1975
14. Estas ruinas que ves.1975
15. La conspiración vendida.1975
16. El cuento erótico en México.1975
17. Las muertas. 1977
18. Dos crímenes.1979
19. Los relámpagos de agosto. La ley de Herodes.1979
20. Los conspiradores. 1981
21. Los pasos de López1982
craveloygalindo@gmail.com |
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De la escritora Norma Vázquez Alanís |
08 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma:
La vida es un reflejo exacto de nuestras creencias.
Lo afirmamos cuando hemos leído y leemos a una escritora mexicana, la poeta y periodista Norma Vázquez Alanís, de quien hablamos, sin su permiso, de la obra que la enaltece.
El objetivo primordial de la columna La biblioteca de Arcadia, que hoy publica como libro, es despertar el interés de aquellos que la lean por acercarse a las obras reseñadas, pero no mediante un resumen de las mismas, sino con elementos para que decidan si les interesa o no leerlas.
En estos Textos reunidos están considerados, como se dará cuenta el lector, autores contemporáneos de todo el orbe, entre ellos varios ganadores del Premio Nobel de Literatura como William Faulkner, Albert Camus, Yasunari Kawabata, Nagib Mahfouz, José Saramago, Orhan Pamuk y Doris Lessing.
Aunque nadie encontrará en La biblioteca de Arcadia ni libros de
autoayuda, ni éxitos de ventas, sí podrá hallar el comentario sobre textos inteligentes que despiertan la imaginación y el pensamiento, casi siempre con finales abiertos a las conjeturas de cada individuo que los lea, o bien con desenlaces inesperados que invitan a la reflexión.
El nombre de la columna que da título a esta recopilación, se debe a la anécdota relatada por una persona muy querida para mí y con quien compartía el gusto por la lectura.
Es autora de las columnas La Biblioteca de Arcadia dedicada a la crítica literaria (2006-2020) y Constelación Andrómeda sobre temas científicos, cinematográficos y ecológicos (2012-2020).
Por otra parte, se ha dado a la tarea de llevar a cabo la difusión libre mediante reseñas periodísticas, de los ciclos de conferencias del Centro de Estudios de Historia de México, de la Fundación Carso (2014-2020), mismas que dieron origen al volumen II de la serie Textos reunidos con el título México desde Chimalistac.
En 2020 hizo lo propio con las conferencias -virtuales, a causa de la pandemia presentada- de la Academia Nacional de Historia y Geografía, patrocinada por la UNAM.
En algunas ocasiones firma sus textos con el seudónimo Artemisa Alanís, en especial en el semanario Reflexión 24.
Tiene en su haber la coautoría de los libros:
• Reloj de Arena, vol. IV (Editorial Constate, 1999), con el ensayo tesis ‘La UNAM: de faro de luz a hoyo negro’.
• Todo Morelos. Los capítulos sobre cultura y turismo (Adriar SA
de CV; 2002).
• Retos de la corrección en un mundo globalizado (Asociación
Mexicana de Profesionales de la Edición, PEAC; 2014).
La ponencia ‘La corrección de estilo, un futuro incierto ante las recurrentes crisis económicas’, preparada para el segundo
Congreso Internacional de Correctores de Textos en español, en FIL Guadalajara, 2012.
Ha recibido reconocimientos por 15 años de desempeño en Notimex, Ciudad de México, 1993, y del Club Primera Plana por 25, 30, 35 y 40 años de ejercicio profesional, Ciudad de México, 2003, 2008, 2013, 2018.
Fue galardonada con el Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” por crónica en medios impresos (Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, Fapermex, Córdoba, Veracruz, 2008), y el Premio ‘Nikito Nipongo’ a la mejor perla idiomática (Día Internacional de la Corrección de Estilo, Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición, PEAC, Ciudad de México, 2010).
Nos dice su esposo el también escritor José Antonio Aspiros Villagómez que en una charla de las tantas que tuvimos platicó que su jefe le decía a su esposa -a la sazón su amiga- que si ya estaba otra vez con “la biblioteca de Arcadia”, refiriéndose a la lectura de revistas del corazón y otras publicaciones de chismes del espectáculo que pertenecían a una de las empleadas en su despacho de abogados, que precisamente se llamaba Arcadia.
El relato me pareció bastante ingenioso y, cuando comencé a escribir comentarios sobre libros, decidí ponerle a la columna La biblioteca de Arcadia como una ironía sobre lo que contenía la biblioteca original.
Norma Lydia Vázquez Alanís nació en la Ciudad de México, es
egresada de la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva, que
estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, y obtuvo su título de licenciada en periodismo por la Secretaría de Educación Pública.
El 30 de noviembre de 2012.
Cursó el Diplomado en Análisis Político en la Universidad Ibero
Americana (1998-1999), así como diversos seminarios y talleres de
actualización, especialización y capacitación, en materias como:
etimologías, lenguaje, géneros literarios, crítica literaria, fronteras del
periodismo (literatura), periodismo científico, agencias de noticias,
crítica de danza, y nuevas tecnologías aplicadas a medios de
comunicación, entre 1981 y 2018.
Tiene en su haber la coautoría de los libros: • Reloj de Arena, vol. IV (Editorial Constate, 1999).
‘La UNAM: de faro de luz a hoyo negro’.
Todo Morelos. Los capítulos sobre cultura y turismo (Adriar SA de CV; 2002).
Retos de la corrección en un mundo globalizado (Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición, PEAC; 2014).
‘La corrección de estilo, un futuro incierto ante las recurrentes crisis económicas’, preparada para el segundo Congreso Internacional de Correctores de Textos en español. FIL Guadalajara, 2012.
Ha recibido reconocimientos por 15 años de desempeño en Notimex, Ciudad de México, 1993, y del Club Primera Plana por 25, 30, 35 y 40 años de ejercicio profesional, Ciudad de México, 2003, 2008, 2013, 2018.
Fue galardonada con el Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” por crónica en medios impresos (Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, Fapermex, Córdoba, Veracruz, 2008), y el Premio ‘Nikito Nipongo’ a la mejor perla idiomática (Día Internacional de la Corrección de Estilo, Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición, PEAC, Ciudad de México, 2010).
De sus participaciones en seminarios, congresos y otros actos gremiales y profesionales, destacan varios de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex), del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo (Conalipe) y la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición con motivo del Día Internacional de la Corrección de Estilo, 2007-2018.
También, el Segundo Congreso Internacional de Correctores de Textos en Idioma Español (Guadalajara, Jalisco, 2012), el Primer Concilio Nacional de Correctores (2014) y el Seminario internacional Agencias de noticias en la era digital (Agencia de Noticias del Estado Mexicano. Notimex, e Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2014).
Es miembro del Club Primera Plana (CPP) desde 2005 y del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo (Conalipe) desde 2014. Militó en la Unión de Periodistas Democráticos (UPD), ya
desaparecida, y en la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición (PEAC)
Su desempeño profesional ha sido en el ámbito del trabajo en mesa de redacción, y ha ocupado los cargos de editora y redactora de noticias internacionales y servicios especiales en la Agencia Mexicana de Noticias Notimex, de la Secretaría de Gobernación (1978-1994), y de secretaria de redacción en la Agencia OEM-Informex, de la
Organización Editorial Mexicana, OEM (1989-2015).
También realizó trabajos de corrección de estilo en la revista interna de la editorial Sayrols y en la revista Algarabía, y textos de publicidad para Aljamía (2002-2003), así como corrección de estilo de libros de diversos géneros y autores (2002-2008).
Colaboró como articulista en el periódico El Nacional (1984-1986), mientras que para la revista En Todamérica escribió la columna de espectáculos ‘Más que candilejas’, además de crónicas políticas (1985-1993).
En el periódico El Sol de México hizo reseñas de libros para el
suplemento cultural en 1991.
Su interés por la educación y la cultura la llevó a participar en varios proyectos de difusión del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), entre ellos el semanario Quince de Mayo, con notas sobre política y cultura (1994-1995), el boletín independiente Senda Educativa, con comentarios literarios y temas relacionados con la mujer (1997-1999), el boletín Bitácora del SNTE, con análisis político (1998-2000).
Igualmente, en el periódico El Día con notas de análisis sobre
temas educativos (2000) y en el periódico Vocero de la paz del Consejo Nacional de Educación para la Paz, auspiciado por la Unesco, con temas ecológicos (2000).
También ha escrito notas y entrevistas para el Magazine de Salud del periódico Excélsior (2001-2002) e hizo la cobertura de congresos internacionales sobre salud (2003-2004) para la Agencia Enlaces de
relaciones públicas. Adicionalmente, redacción de artículos para
diversos portales noticiosos de Internet (2006-2020) y las revistas
Examen (PRI), Libertas, Brecha, Candelero, Mundo Legislativo y
Semanario 24 (2007-2012).
Es autora de las columnas La Biblioteca de Arcadia dedicada a la crítica
literaria (2006-2020) y Constelación Andrómeda sobre temas científicos,
cinematográficos y ecológicos (2012-2020).
Por otra parte, se ha dado a la tarea de llevar a cabo la difusión libre
mediante reseñas periodísticas, de los ciclos de conferencias del Centro
de Estudios de Historia de México, de la Fundación Carso (2014-2020),
mismas que dieron origen al volumen II de la serie Textos reunidos con
el título México desde Chimalistac. En 2020 hizo lo propio con las
conferencias -virtuales, a causa de la pandemia presentada- de la
Academia Nacional de Historia y Geografía, patrocinada por la UNAM.
En algunas ocasiones firma sus textos con el seudónimo Artemisa
Alanís, en especial en el semanario Reflexión 24.
Tiene en su haber la coautoría de los libros:
• Reloj de Arena, vol. IV (Editorial Constate, 1999), con el ensayo tesis ‘La UNAM: de faro de luz a hoyo negro’.
• Todo Morelos. Los capítulos sobre cultura y turismo (Adriar SA
de CV; 2002).
• Retos de la corrección en un mundo globalizado (Asociación
Mexicana de Profesionales de la Edición, PEAC; 2014), con la
ponencia ‘La corrección de estilo, un futuro incierto ante las
recurrentes crisis económicas’.
craveloygalindo@gmail.com |
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De “Mis Bendiciones” 2 |
07 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma.
Seguimos en lo nuestro. Hoy “Mujeres Divinas.
Benditos aquellos que siguen aquí y humildes, no obstante, su inteligencia y cultura
Nadie olvida a un querido colega Jorge Coo con su famosa canción que siempre entonaba, borracho o no. Y conste que pedía Don Pedro, y se lo traían de inmediato. Ramoncito, no sé por qué se ha alejado de nosotros, afinaba su lira, vaya su guitarra para que el chaparrito entonara “Mujeres Divinas”.
Esa canción que evoca las cantinas, las botellas para llegar, obviamente, a las mujeres. Y era constante como también José Antonio Trejo con su melodía preferida que cantaba en cuanto alguien se lo pedía. “Si nos Dejan…”
Los dos, Jorgito y José Antonio, ya fallecidos, eran, hay que reconocerlo, amén de bohemios, casados, divorciados y vueltos a casar, estupendos reporteros. El primero en “El Día” y luego, al lado de Manuel Becerra Acosta, Jr., en “Uno más Uno”. Y el otro, en “Ovaciones”, con su compadre querido Carlos Estrada Lang, hoy ya con más de 93 años de edad. Este, debo agregar, tenía especial afecto, de hombre a hombre, por supuesto, por Toño. Como todos, sin excepción en el Club y fuera de él, sentimos, aún después de ausentarse de esta vida.
Jorgito y Toño fueron compañeros de viaje con quien esto escribe, ¿o yo fui de ellos? Cómo me falta Chávez Guzmán, don Héctor, para que me corrija.
Entre paréntesis, vale la pena recordar algunas anécdotas de periodistas en México, para después de mi digresión volver a lo de los viajes con ellos.
Se casaba en Los Pinos, la residencia presidencial, Alfredo –hoy ya extinto- hijo de Doña Guadalupe Borja y su esposo Gustavo Díaz Ordaz. Este, obvio, era el Jefe del Ejecutivo. En ese tiempo, no debo olvidarlos, octubre de 1968 había muerto un gran hombre de las letras mexicanas: Don Manuel Becerra Acosta, siendo Director General del entonces mejor diario de Latinoamérica y el quinto del mundo. Ese era entonces, repito, EXCÉLSIOR.
Un grupo de reporteros del Periódico de la Vida Nacional nombramos entonces Director General a Julio Scherer García, en aquella época discreto, modesto, sin vanidades y rodeado de amigos sinceros. Sin tantos gatos en la barriga. Julio comenzó su trabajo bien. Cambió modos, recortó publicaciones, modificó sociales y le puso sección B, por Bambi –“Ja Ja”, Magazine de Policía, Revista de Policía, entre otros. Y comenzó a enfrentar al gobierno diazordacista. Este contaba con un diario gubernamental, “El Nacional”, que era dirigido por Alejandro Carrillo Marcor, viejo político de cepa. Y cuando Excélsior publicaba algo que no agradaba al Ejecutivo Federal, “El Nacional”, hacía la corrección. Bueno, regreso a la anécdota.
En los Pinos, de Parque Lira 102, era la boda de Alfredito. En la puerta, por decirlo de algún modo, recibían a sus invitados don Gustavo y doña Guadalupe. Llegó el director de Excélsior, Julio Scherer García y a la vez el del Nacional, don Alejandro Carrillo. Los tres, don Gustavo, don Julio y don Alejandro, se saludaron amigablemente. Este gesto animó al Presidente de México a gastarle la broma siguiente a los dos directores: “Qué curioso, les dijo. Que aquí se junten Excélsior… y su fe de erratas, el Nacional”. Soltó la carcajada, palmeó, cordialmente a sus dos amigos, a los que conocía antes de encumbrarse y los invitó a pasar a la residencia.
Debo referirme que cuando Scherer García era reportero de Últimas Noticias, en el tiempo de Díaz Ordaz como secretario de Gobernación, este lo tenía en alta estima. Al grado de llamarlo, como sus amigos, para distinguirlo, el narciso negro. (Todos sabemos que la flor es blanca).
Todavía oigo la redacción de Excélsior, al escucharse la anécdota, convulsionarse en risas, carcajadas. Y oír a Regino Díaz Redondo, reportero de la fuente de economía y futuro director de la EXTRA y Excélsior –así se voceaba a la segunda edición de Últimas Noticias- sentenciar: “hasta que se encontró la horma de su carácter…”
Julio Scherer duró como director de Excélsior, de diciembre de 1968 a julio 8 de 1076, fecha en que un grupo de cooperativistas consideraron prudente retirarle su confianza. Muchos prejuzgaron, con acierto, que don Julio no llevaba bien al Periódico de la Vida Nacional, con su grupo de incondicionales, porque no era libertad, sino libertinaje.
Muchos de ellos, al tiempo, regresaron a escribir a Excélsior, al lado de Regino Díaz Redondo, nombrado Director General por la misma asamblea que desconoció a Scherer García.
Díaz Redondo asumió el encargo el mismo 8 de julio de 1976 y duró hasta 2003. Vaya 25 años. Enfrentó diversos y sostenidos ataques, de dentro y de fuera, a los que se sobrepuso, hasta que surgió un grupo que logró apoderarse de la Cooperativa. Salió Díaz Redondo, entraron tres nuevos directores, el último asesinado a puñaladas.
Y en quiebra por la mala conducción administrativa y editorial, hubo que venderse a quien, en 2003, ante la falta de recursos, intentó comprar en una suma respetable. Se opuso la Asamblea y años más tarde, ese mismo comprador se hizo de Excélsior en menos de la mitad que ofreció inicialmente.
Los cooperativistas recibieron 250 mil pesos cada uno. Y no el millón que les ofrecieron en 2003. Así se perdió Excélsior.
Reintégrame a Coo y Trejo. Con los dos viajé a China, a Rumania, a Cuba, a Europa y Asia. Vaya a donde nos mandaban –y eso le consta a Carlitos Estrada Lang porque él lo hacía frecuentemente- a trabajar con gastos pagados. Trabajábamos día y noche.
Cubríamos, así se dice en el argot periodístico, la fuente. Escribíamos. Enviábamos por Telex, no había computadora y el teléfono era muy caro. Y luego a disfrutar de nuestra juventud. No olvido a don Rafael Castilleja y nuestros conocimientos de bares en París.
Y a lo dicho por el mariscal Arturo Sotomayor de Saldo, con muchos años, entonces, mayor que yo. Dirigiéndose a mí: “Mira muchachito. Con mi experiencia –y vaya si la tenía en sobra: cultura, modestia, conocimientos pero sobre todo exactitud en sus dichos –a mi edad me dicen aún que soy un viejo periodista. No confundas con un periodista viejo.” Hoy, a mis 79 años, yo siento lo mismo, no obstante la envidia de algunos colegas del Club Primera Plana, que añoran llegar a figurar como don Arturo. Reconozco ser también viejo periodista. Aún no, me falta mucho para ser reportero viejo.
Primero como reportero de Excélsior, encargado de la fuente de Relaciones Exteriores, que me asignó Silvestre González, jefe de información a la salida de Arnulfo Uzeta Robelo, viajé, de 1977 a diciembre de 1980, cuando se me jubiló, como enviado especial.
Trabajé en ese lapso para Excélsior desde Francia, Alemania, España, Rumania, Italia, Bélgica, Grecia, Holanda, Dinamarca. Rusia, antes la Unión Soviética, Irak, Irán, Israel.
En París, como dato importante estuve presente en las pláticas para reanudar relaciones con España. Fue Manuel Bartlet Díaz, entonces asesor del canciller Santiago Roel, quien representó al Gobierno de López Portillo. Se suscribió el convenio diplomático en el hotel George V.
Y asistí, en Madrid, cuando López Portillo reanudó el enlace Ibero-Mexicano. Allí entrevisté al entonces joven Rey de España Juan Carlos y nos tomamos una foto juntos, ante el enojo de sus chambelanes y ayudantes.
En todos esos países sustenté pláticas sobre periodismo. Y en todos recibí diplomas que guardo, junto al galardón que el Consejo de Administración de Excélsior me otorgó por una información referente a una fuga en Lecumberri. Fue mi premio nacional de periodismo. Los otros ya no los cuento.
Estuve también en China, Japón, Indonesia, Singapur, Vietnam, Siam con gastos pagados por Excélsior y estímulo de Relaciones Exteriores.
Jorge Coo, Antonio Trejo, así como Teodoro Rentería, José Carlos Robles, Víctor García Solís, Carlos Estrada Lang, Antonio Pérez Vieytis, Raúl Durán Cárdenas, Luis Spota, Elsa Peralta, Luciano Huerta, Víctor Manzanilla Schaffer –que llegó a embajador de México en China, y luego a Gobernador de Yucatán, de donde lo sacó Víctor Cervera Pacheco y lo reemplazó Dulce María Sauri- otros más y el inefable Arturo Sotomayor de Saldo, que en China, por ser el mayor del grupo invitado y del primer contingente periodístico que visitaba China, luego de la muerte de Mao Tse Tung, le dieron distinciones mayores que a Castillejos, el presidente del Club.
Recorridos allí desde Pekín, hasta Vietnam. Usamos avión, camión, autobús, ferrocarril, carreta, barco, lancha, etcétera, para conocer una gran porción del país asiático. Fueron 26 días de gloria y ocaso.
También se estuvo en Canadá, Estados Unidos, Cuba, todo Centroamérica y Sudamérica en donde entrevisté con motivo de las Olimpiadas en México a los entonces presidentes.
Todas ellas, incluida en 1978 la ruptura de México con la República Española a la que abolió en 1937 la monarquía y reconoció Cárdenas. O la de Luis Somoza, presidente y dueño de Nicaragua, que me declaró que la democracia es una medicina muy fuerte. Por la que daba a su pueblo con gotero.
Estuvimos en las Antillas. Fue en Granada donde se anunció la entrega al gobierno del General Omar Torrijos del Canal de Panamá. Y que se consolidó en Washington.
Fue un alarde de viajes. Y, repito, todos pagados por Excélsior y estímulo de Santiago Roel y Chanito Guerra Aradillas, su jefe de prensa.
Dejemos en paz a los muertos. Y a lo dicho.
Seguimos con “Mis bendiciones” 3
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CaNos habla un diplomático |
03 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma.
Si, del XX aniversario de la joya arquitectónica de México en Berlín. Y nada menos que el embajador Jorge Castro Valle Kuehne le concede el honor a su colega emérito Antonio Pérez Manzano darnos a conocer su plática.
Sin demérito de otras representaciones, en mi opinión personal ninguna compara con la belleza de nuestra embajada en Berlín, que este 22 de noviembre festejó el XX aniversario de su inauguración.
Mi primer contacto con ella fue como turista, en Semana Santa de 2002, cuando regresé a Berlín por primera vez desde la Unificación Alemana, acontecimiento histórico que tuve el privilegio de presenciar como último representante diplomático mexicano ante la extinta República Democrática Alemana (RDA) en1990.
Mi esposa y yo tomamos un “turibus” que, para orgullosa sorpresa nuestra, hizo una breve parada enfrente de nuestra embajada refiriéndose a ella en términos elogiosos por su original diseño arquitectónico y como uno de los principales atractivos turísticos de esa fascinante urbe.
Fue, literalmente, amor a primera vista, pero lejos estaba de imaginarme que, tan sólo 15 meses después de este “flechazo”, estaría yo despachando en esa espectacular sede como Embajador de México ante la República Federal de Alemania (RFA).
Al cumplirse el XX aniversario de nuestra joya arquitectónica en Berlín, deseo rendir homenaje y dejar testimonio de mi reconocimiento y admiración por sus ilustres creadores, a cuyo genio y visión se debe que México cuente con uno de los instrumentos más poderosos y nobles para la promoción de su imagen positiva en el mundo, del cual los mexicanos podemos sentirnos sumamente orgullosos.
En lo personal, tendré con ellos una eterna deuda de gratitud por haber contribuido con su emblemática obra a hacer de mi gestión diplomática en Alemania una de las experiencias más gratas, estimulantes y enriquecedoras en mi larga carrera en el Servicio Exterior.
En mi trayectoria en el Servicio Exterior Mexicano, y especialmente en mis viajes alrededor del mundo durante mi gestión como Director General de Protocolo, llegué a conocer muchas sedes diplomáticas de México.
Sin demérito de otras representaciones, en mi opinión personal ninguna compara con la belleza de nuestra embajada en Berlín, que este 22 de noviembre festejó el XX aniversario de su inauguración.
Antes de entrar en detalle sobre esta joya arquitectónica, conviene poner en contexto histórico los factores que incidieron en su construcción:
En el tratado suscrito entre la RFA y la RDA en 1990, se acordó que Berlín sería la capital de la Alemania unificada.
Al año siguiente, en una cerrada votación, el Parlamento federal decidió igualmente el traslado de los poderes ejecutivo y legislativo a Berlín, desplazando a Bonn como su sede.
Ante la complejidad de la instrumentación de esa medida, se dio como plazo máximo el año 2000 para que las diferentes dependencias se establecieran en la nueva capital.
Ello ocurrió en el segundo semestre de 1999, 50 años después de la fundación de la llamada “República de Bonn” y 10 años después de la caída del Muro de Berlín.
Este plazo perentorio también aplicó para las misiones diplomáticas que hasta ese momento conservaban sus sedes en Bonn.
Con tal motivo, y con la voluntad política de cumplir cabalmente con esta disposición, en 1997 el gobierno del entonces presidente de México, Ernesto Zedillo, convocó a un concurso para diseñar nuestra nueva embajada en Berlín.
Participaron ocho grupos, resultó seleccionado por un jurado el proyecto presentado por los destacados arquitectos Teodoro González de León y Francisco Serrano.
Con facilidades otorgadas tanto por el gobierno federal alemán como el de Berlín, se consiguió un terreno con una ubicación privilegiada en el barrio diplomático del Tiergarten, equivalente al Central Park de Nueva York.
La construcción del inmueble inició en diciembre de 1999 y concluyó, en tiempo récord, once meses más tarde.
Toda una hazaña para estándares alemanes
Que fuera un testimonio del México moderno en el umbral del siglo XXI y que se convirtiera en motivo de orgullo para los mexicanos y de asombro para toda persona que la visitara.
Que, por su singular diseño, relacionara a México con Alemania en el contexto de una nueva etapa de los vínculos diplomáticos entre ambos países.
Que, por su ubicación privilegiada, tuviera una inconfundible presencia urbana y se volviera un auténtico ícono de la capital alemana.
Un edificio claro, luminoso, que mostrara una forma singular de construir, con un material distinto: concreto blanco cincelado, con mezcla de agregados blancos, que invitara no sólo a verlo sino también a tocarlo.
Con particularidades mexicanas de expresión que le confirieran representatividad monumental y, al mismo tiempo, ligereza y transparencia.
El inmueble que ocupa una superficie de 1,300 m², tiene 18 metros de altura y consta de cinco niveles cuyos aspectos más sobresalientes son:
Su imponente puerta de bronce, que da la bienvenida e invita a entrar y sentirse como en México.
La fachada, de color blanco, con columnas de una sola pieza que forman una especie de persiana que, al pasar por enfrente del edificio, da la impresión de abrirse para mostrar su interior o cerrarse, dependiendo de la perspectiva, produciendo un efecto de abanico.
El atrio, que para algunos está inspirado en el observatorio maya de Chichen Itzá, es un cilindro con techo transparente que permite la entrada de luz natural e ilumina todo el edificio.
En ese mismo espacio, una serie de jardineras en forma de pirámide con plantas naturales que simbolizan el enfoque ecológico y la sustentabilidad que caracterizan al inmueble.
Un funcional salón de usos múltiples adaptable para albergar todo tipo de eventos como ceremonias, recepciones, conferencias, exposiciones de arte, proyecciones de cine, conciertos y recitales, entre otros.
Sin embargo, pecaría de omisión si no reconociera que, más allá del conocimiento del alemán, mi principal “aliado” – como el de todo embajador mexicano en Berlín – fue el maravilloso edificio sede de nuestra misión diplomática. craveloygalindo@gmail.com |
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Del libro “Mis Bendiciones” 1 |
02 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Habla de lo tuyo. Deja la política en paz.
Nos lo sugirió el ingeniero civil egresado de la Universidad Anáhuac y con maestría del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas.
Si, Carlos Fernando Ravelo Reyes, que hoy cumple 67 años de edad. El día 13 cuarenta de matrimonio eclesiástico con la yucateca Mercedes Goff Ailloud.
Y a cinco días de que, el 7, su primogénito el ingeniero industrial del mismo nombre, llegue a los 38.
Claro el primer nieto varón de Bety y yo.
Empezamos, en su honor, con el primer capítulo.
Dejamos prólogos alusivos para entrar en materia de este libro “Mis Bendiciones” que en 2010 nos editó el Club Primera Plana. Tiene diversos temas. Pero todos relacionados con escritores ,todos periodistas como comprobarán, a partir de este primer capítulo.
“Los cuates”
Benditos sean aquellos que comprenden mi falta de memoria
y nunca me dicen: “ya has repetido la misma historia dos veces”
Debe saberse que todos los miércoles el Club Primera Plana tiene su comida denominada, coloquialmente, “de cuates”. Permite convivir en franca camaradería.
Intercambiar puntos de vista. Y saber quién es el más picudo o el menos vivo. Pero eso sí, todos comen, beben y casi todos pagan el cubierto.
Debo decir para que se sepa –de otro modo mejor no decirlo– que mentiría si afirmara que poco beben. Y ni qué hablar de lo mucho que comen.
Inclusive al prójimo y al que está más próximo. Aquí en estas comidas todo se vale.
Bueno, siempre y cuando se hable con fundamento. Y hay muchos que en verdad creemos que sabemos todo. Muchos que no, lo inventan.
Deben conocer asimismo que refiero brevemente lo anterior para llegar a lo más importante. Porque cuando se ha bebido, comido, platicado, en donde surgen las anécdotas más inverosímiles, viene el juego de dominó, unos, y el resto incursiona en el canto.
Ya saben que todos presumimos de saber cantar o al
menos de haberlo hecho bajo el agua de la regadera.
Qué es lo más importante. Vaya lo más destacado de estas reuniones entre pares. Porque aquí, antes de beber o después de hacerlo, todos jefes y no jefes, somos iguales.
Sólo hay una regla. Ninguna ofensa personal.
Así nos llevamos, así los soportamos y así la pasamos. Quien diga lo contrario o insistiera en decirlo, mintió, miente o mentiría.
Así en ese tenor. Vaya, en esa forma transcurrieron varias reuniones.
A las que asisten, como diría el inefable y “honesto” Chente Fox, “chiquillas y chiquillos”.
Inclusive invitadas e invitados. Pero todos, o casi todos
conectados con el diario, la radio, la televisión y ahora también al internet.
Pero claro las bromas no se hacen esperar. Recuerdo cuando en la mesa de dominó, Teodoro, Fernando, Raúl y yo –sería mejor decir el suscrito, señor corrector– despedimos a un colega siempre ocurrente.
Al grado de que dirigiéndose a nosotros cuatro espetó:
“Señores como ya me voy y seguramente, a mis espaldas, despotricarán.
Para evitarlo quiero decirles que mi mamá no es decente, mis hermanas trabajan en cabaret, mis hermanos son gay y yo soy un hijo de la tal por cual.
Y para culminar, cuando trasponía la puerta, subrayó, puntualizó, que su papá, fulano de tal, era ladrón, asesino y estaba en la cárcel…”
Se cerró la puerta.
En seguida los cuatro presentes respondimos ya que no
escuchaba; como poniéndonos de acuerdo:
“Qué bárbaro. Y todavía cree que el fulano de tal es su papá…”
Las comidas tienen jiribilla. Lo mismo hay serios, irónicos, rijosos, sin llegar a las manos; tranquilos, nerviosos. Pero hay que reconocer que todos son listos, muy listos. Pero algunos “son poco pendejos…”
Durante una de las sesiones salió a colación los epigramas sobre el día de muertos. Muchos pontificaron. Algunos recitaron estrofas. Pero sólo uno, José Carlos Robles, puso el punto final al recordar a don, con DON mayúscula, Luis Vega y Monroy, que fuera
editorialista de la entonces Cadena García Valseca, desgraciadamente ya fallecido.
“Miren, reflexionó José Carlos, mi maestro don Luis Vega y Monroy no está de acuerdo en que las famosas “calaveras” tengan más de dos párrafos”.
Ah chingao, respingó alguien.
“Claro insistió mi inefable tocayo: y les voy a dar dos ejemplos clásicos, claros, precisos para que los rebatan.
Y voy a aludir al que le dedicó a Salvador Novo, aquel “hombre” de letras, prosa y verso a quien muchos le atribuían otras virtudes poco varoniles.
Así le puso, pero nunca se publicó por la falsa moral que se vivía antaño: “A Salvador Novo: “Aquí yace el caminante…Quien amó a su semejante”
“Y aquel otro, insistió José Carlos, que le dedicó a Baltasar Dromundo. (Este, para quien no lo sepa era funcionario gubernamental. Su defecto, entre otros era tener una pierna más corta que la otra.) Así lo ideó Don Luis:
A Baltasar Dromundo: “Su mayor ventura fue…Haber estirado el pie”.
“Esas eran calaveras.
No las que hoy elucubran con estrofas extraídas del repertorio de Paquita la del Barrio o de Lupita D’Alesio, con el debido respeto para ellas”.
En esa mesa, en donde ya se había comido y bebido, no con abundancia, pero sí con profusión, Raúl Durán Cárdenas, entonces Jefe de Redacción del ahora extinto “Novedades”, arrebató la palabra a José Carlos para señalar a todos los allí reunidos, muertos aún de risa por la ironía e inteligencia de Don Luis.
“Y qué, pero le ponen al epigrama que don Luis le hizo al entonces secretario de Hacienda Ramón Beteta, cuando trascendió que había visitado la casa de La Bandida, Doña Graciela Olmos, autora de varias canciones que hizo famosas Marco Antonio Muñiz y a él también.
No lo dejó terminar Carlos Borbolla, espléndido periodista o reportero -cómo te gusta que te digan, le pregunté– Fue ágil y me dijo: “Como a ti. ¿Cómo a mí? Sí: Carlos…
Borbolla instó a Raúl a dar a conocer el humorismo de don Luis Vega y Monroy.
Así lo escuché yo. Ojalá y no haya cambiado:
“Fue a conocido lugar
un fiscal de mucha cuenta
a fin de calificar
lo que se había de pagar
de impuestos sobre la renta
Y le dijo una beldad:
Allí en sus datos concentre
Que, al fisco, por equidad,
le daremos la mitad
de todo lo que nos entre.
Debo ser justo con Don Luis Vega y Monroy al añadir que colaboró para
varias publicaciones y autor de muchos libros. Fue escritor político y al mismo
tiempo humorista en serio –y en serie– y el mejor en manejar en su tiempo, a
nuestro juicio –¿verdad José Carlos Robles?– el difícil género epigramático.
Fue don Luis quien con su “Fenomenología y Metafísica del verbo chingar,
constituyó no solamente un ensayo humorístico lleno de aciertos, sino también una
búsqueda sicológica de las implicaciones que el uso de este necesarísimo vocablo
tiene en la vida del mexicano.
Teodoro Rentaría Arróyave, (le pongo el segundo apellido porque tiene
madre y un hijo del mismo nombre, cuyo segundo apellido es Villa, por doña Silvia
a quien enviamos nuestro afecto, respeto y cariño) dos veces presidente del Club
Primera Plana y también dos veces de la Federación de Asociaciones Periodísticas
de la República Mexicana (Fapermex), y hoy vicepresidente de la Felpa, no se
quedó atrás y narró el epigrama que Don Luis le hizo a Salvador Novo, cuando
hubo el rumor de que el dramaturgo se casaba con la actriz Kity de Hoyos:
“Esto, lo que voy a decir, no tiene madre. Y díganme si estoy equivocado:
Si esta unión hace el demonio
que en todo se ha de meter
¿qué es lo que va a suceder
en tan raro matrimonio?
Pues la cosa más sencilla
compartirán por igual
no sólo el pan y la sal
sino el techo
“Esto, lo que voy a decir, no tiene madre. Y díganme si estoy equivocado:
Si esta unión hace el demonio
que en todo se ha de meter
¿qué es lo que va a suceder
en tan raro matrimonio?
Pues la cosa más sencilla
compartirán por igual
no sólo el pan y la sal
sino el techo y la tortilla.
Estaba al acecho, más calmado de lo que acostumbra don Javier Martínez Rivas de prodigiosa memoria no sólo para lo malo sino también para lo bueno.
Sobrino de aquel estupendo –perdón por el adjetivo calificativo, pero bien se lo merece– jefe de información de Excélsior, Armando Rivas Torres, contra su costumbre– acaso los dos guisqueis que traía entre pecho y espalda –recordó lo que en su época de ayudante de redacción de El Periódico de la Vida Nacional ocurrió a un atildado reportero, o redactor como antaño se denominaban los elitistas, en un restaurante de moda de la entonces deslumbrante zona Rosa –hoy más subido de color inclusive no estaría de más decirle Red Zone ¿verdad Aurelio García Oliveros? Experto en divertimento citadino-.
Pues bien, decía Javier.
“En la redacción de Excélsior sonó el teléfono, uno de los dos que había en la mesa del jefe de información. Armandito, le dijo, le habla René. ¿Qué te pasa Renecito? Le preguntó Don Armando.
“Mira Armadito, estoy aquí en el “Focolare”, en la calle de Londres en donde acaba de comenzar un fuego, que nos hizo salir a todos y dejar nuestros tragos. Los bomberos acaban de llegar. Y creo que hay algunos heridos. ¿Y para qué me hablas?, volvió a inquirir
don Armando. “Mira Armandito: para que mandes a un reportero a cubrir la nota, porque yo no trabajo policía…”
Bueno, lo interrumpió Fernando González Mora, que hasta el momento ya se había igualado con el grupo en su sexto jaibol. Tengo muy presente lo de aquí, en el Club, nos platicó don Víctor Velarde, que en paz descanse.
(Víctor Velarde Gorostieta, para quien no lo sepa, fue uno de los más grandes maestros del periodismo del siglo pasado. Tan tan)
Decía González Mora que una noche, en una cena del Club, Víctor platicó, a petición de Ravelo (yo) la anécdota en torno al huracán que afectó al puerto de Tampico en 1964.
“Don Víctor, entonces Secretario de Redacción también de Excélsior, estaba de guardia en la mesa de redacción. Vaya en donde se prepara el periódico. En donde se forma la Primera Plana –por eso el nombre de nuestro Club-. En donde se decide el destino de cada nota. Así de simple. Lo más importante del periódico, llámese como se llame o quiera llamársele.
“Decía que Víctor atendió el teléfono. Cabe mencionar que Vic, así le decíamos los cuates, (Yo, Ravelo, siempre lo llamé por respeto, don Víctor. Y a la fecha, como muchos, lo recuerdo con gratitud, reconocimiento y afecto). trabajaba, para completar el “chivo”, como muchos lo hacíamos antaño, en la tarde noche en Excélsior y en la mañana en la Primera Edición de Últimas Noticias. O en la entonces Segunda, comúnmente conocida como La Extra de Excélsior. Ya desaparecieron los tres.
“¿Quién habla? Preguntó don Víctor. Yo, Vic, Lorenzo. ¿Y qué te pasa? Pues no voy a poder llegar mañana a la Primera. ¿Por qué? Mira Vic, acaban de cerrarse las carreteras, el teléfono de milagro funciona. La luz ya se apagó. ¿Pero, por qué? Volvió a inquirir su jefe.
“Está entrando un huracanazo a toda madre…”
Don Víctor al narrarlo en su cena, dice Fernando, disfrutaba al máximo.
“Lo primero que hice, informó don Víctor, fue proveerme del lápiz mejor afilado. Y comencé a entrevistarlo. ¿A entrevistarlo, Vic?, le preguntaron. Claro, dijo, uno nunca deja de ser periodista, nunca deja uno de ser reportero.
“Lorenzo, le dije, casi no te oí. Dime qué sucede, con calma, porque parece muy interesante y claro impedimento para que llegues mañana a la Primera”.
Paso a paso, sin saber que lo estaban reporteando, Lorenzo narró todo. Inclusive a preguntas expresas, como cuántos portaviones americanos habían arribado a Tampico en auxilio de la población. Detalles y detalles salieron de Lorenzo para el papel, cuartilla, que llenaba a lápiz don Víctor.
Cuando, dijo don Víctor, creía tener datos suficientes, le agradeció su aviso. Y entonces Lorenzo le agradeció a su vez que no pudiera trabajar al día siguiente.
“Claro, terció Vic, cuídate mucho no te vayas a resfriar. Y Lorenzo, recordó. Vic, le informó: “No te preocupes, voy a pasarla bien con una chica…
La nota, al día siguiente, fue la principal, la de ocho columnas, en el diario. Obvio que las agencias internacionales colaboraron a dar detalles secundarios. Pero los principales los pasó “un reportero, un periodista”, a uno de verdad que había nacido para serlo.
La comida de “Los cuates” seguía en su apogeo. Chucho, Abramcito, doña Cristi no escatimaban esfuerzo por acercarnos las viandas, líquidas y sólidas. Y así provistos, nuestros recuerdos siguieron fluyendo –el gerundio destruye la prosa, corrector—. Había un desorden muy ordenado. Ya cada quien daba su opinión. Ramón nuestro invitado ad perpetuom, gran guitarrista, acompañaba al bardo –con B de burro, no con V de vaca, corrector— Manuel Gutiérrez Oropeza, epigramista actual junto con el también poeta Roberto López Moreno, chiapaneco por excelencia, en una melancólica melodía yucateca: “tengo el pájaro azul…” A lo que algún guasón añadiría… Sí, pero de frío. “Ay, Ravelo”, gritaron de la mesa contigua. Yo, ante la risa de mis compañeros de mesa, lo negué abiertamente. Y pedí que interpretara otra. Bésame mucho, por ejemplo.
Por cierto que López Moreno, viejo, no tanto como yo, pero sí viejo periodista y de gran prosapia en las letras, se valió de que me habían señalado para pedirme que narrara lo que conté en Monterrey, cuando ambos asistimos como reporteros citadinos a una premiación en la capital Neoleonesa.
“Sácate la espina. Platícanos lo que escuchaste cuando en Excélsior eras Office boy”. Ayudante de redacción, corregí. No olvides que don Manuel Becerra Acosta estuvo de acuerdo en cambiar mi credencial que su secretaria Angelita Rock había rotulado como Office Boy.
Olvida eso Ravelo. Habla del volcán Paricutín. OK. Pero antes una breve digresión, como siempre mi apuntador Héctor Chávez
Guzmán, otro ex presidente del Club, me sugiere utilizar cuando interrumpo.
Muy rápido. Le dije a don Manuel el error de poner en un periódico en español, el mejor de Latinoamérica, un título yanqui y no en nuestra lengua.
–Qué-, me gritó el entonces subdirector de Excélsior, -quieres que te ponga director- “No, señor. Solamente Ayudante de la redacción”, como así sucedió, hasta un año después que me la cambiaron por reportero. Verdad que se siente padre, señores…
Fue muy breve, pero de mucha enseñanza.
Don Jesús M. Lozano, que en paz ya descanse como general en retiro, fue comisionado para reportear el nacimiento del volcán Paricutín, en Parangaricutirimícuaro, Michoacán.
Una noche, y esto lo narró don Víctor Velarde y lo reiteró don Roque Armando Sosa Ferreiro después, sonó el teléfono de la mesa de redacción. Era Lozano desde allá, Parangaricutirimícuaro –me salió bien, ¿verdad?- Pregunté.
-Cállate y sigue narrando-. Me callo o hablo, pregunté. No digo lo que me respondieron todos, por pudor y respeto a mi madrecita querida, lo que les agradecía.
“En aquella época no existía algo que no fuera el teléfono para comunicarse al exterior o al interior, como quiera interpretarse. El Chato Ramírez Antuna, habitual reportero de guardia, llegó a tomar los datos. Colocó papel cuartilla en la máquina mecánica –no había de otra y comenzó a teclear-. Pero repetía las frases ante la molestia que causaban a sus forzados testigos.
Recuerdo que don Víctor contó: “En un momento, el Chato –como le decían a Ramírez Antuna– empezó así la narración de Lozano:
“Aquí, sentados en la temblorosa tierra caliente. Frente a Dios. Con un Dios que todo lo permite. Este Dios que todo lo puede…
Don Manuel, iracundo, le quitó el auricular al señor Antuna para interrumpir a Lozano a quien le dio una orden especial:
“Lozano, olvídese del Paricutín. Entrevista a Dios… pendejo…”
Y seguiremos con Mujeres Divinas. El 2.
craveloygalindo@gmail.com |
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Me llamo Leona y quiero ser una fiera libre |
01 de Diciembre del 2020 |
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Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Bien dice nuestro compadre el abogado de Camargo, Chihuahua Ismael Villa Salcido, con permiso de Cecilia, su esposa de siempre, en torno al Mañanero:
“Y sigue siendo, valemos el gerundio, pésele a quien le pese, el REY
Acabamos de leer también en Candelero del colega Abraham Mohamed Zamilpa.
“Felicitaciones nos acaba de reclasificar la Organización Mundial de la Salud, así:
1- Menores, de 0 a 17 años
2- Jóvenes, de 18 a 65
3- Edad Media, de 67 a 79
4- Viejos, de 80 a 99 y
5- Mayores de larga vida. Después de los 100 años”.
Como don Fausto, con 103, añadimos con integridad, y con brindis a la una con una. Amen.
Y seguimos con esa frase. Una frase de su infancia la define cabalmente:
“Me llamo Leona y quiero ser una fiera libre
Fueron muchas, no sólo dos, las heroínas en las filas insurgentes y doña Norma Vázquez Alanís, historiadora impar nos platica con su amenidad del conversatorio ‘Mujeres de la Independencia de México’ convocado por el Centro de Estudios sobre la Mujer de la Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG), patrocinada por la Universidad Nacional Autónoma de México.
¿Qué hacemos nosotros ahora por México, para que resurja?
El ser académicos nos obliga a difundir la otra visión de la historia de México.
El rol femenino en ese movimiento insurgente, ha sido poco estudiado pero muy importante porque ellas formaron una intensa red de correos y es necesario recuperar sus historias.
A esta red perteneció Leona Vicario, quien se convirtió en Benemérita Madre de la Patria.
Nacida en la capital de la Nueva España, participó en tertulias literarias, su objetivo fue que la sociedad pensara, y su actuación en el movimiento fue por su infinito anhelo de tener una patria libre.
Su misión también fue proporcionar noticias sobre los insurgentes a sus esposas.
Simultáneamente, Leona comenzó a colaborar en periódicos con artículos sobre política, asunto del que sabía mucho porque era una persona ilustrada y es considerada la primera mujer periodista de México, aunque sus textos los firmaba con seudónimo.
Siempre fue una ciudadana intachable y una defensora férrea de la causa libertaria con una inteligencia intuitiva. Una frase de su infancia la define cabalmente: “Me llamo Leona y quiero ser una fiera libre”.
Un episodio casi desconocido del periodo independentista fue relatado por la maestra en derecho Elizabeth Rembis Rubio, presidenta de la ANHG.
Tres mujeres amigas de Leona Vicario que participaban también en el movimiento, llevaron a cabo la proeza de sacar de la ciudad de México una imprenta completa desarmada escondida en sus vestidos; posteriormente metieron las piezas en melones y sandías para hacerlas llegar a José María Morelos y Pavón.
Otras participantes en la insurgencia fueron Petra Arellano, quien financió con su herencia al movimiento y contribuyó directamente en las fugas de algunos combatientes mediante recursos para que sobrevivieran.
Así como Rita Pérez, la esposa de Pedro Moreno, quien junto con sus cuñadas e hijos siguió a su esposo en la lucha armada.
Contribuían a cuidar enfermos y heridos, y preparaban la comida. Rita participó en el sitio del Fuerte del Sombrero en Guanajuato.
Rembis Rubio expuso que el Congreso de la Unión tiene registradas 212 mujeres que participaron en la lucha de Independencia, muchas de las cuales estuvieron presas en conventos o en las llamadas Casas para Recogidas.
Entre las protagonistas de la gesta independentista se encuentra Manuela Molina, ‘La capitana’, una indígena de Taxco que formó un grupo para unirse a Morelos y fue partícipe del Sitio de Cuautla.
Se le concedió el cargo de capitana y logró poner en fuga a los realistas.
Asimismo, están Tomasa Estévez y María Luisa Martínez, quienes escondían a los insurgentes en sus casas y eran espías con los realistas para dar información a los alzados.
Martínez fue acusada de llevar noticias, víveres y recursos a los líderes del movimiento y fue fusilada en Michoacán.
Contrario a lo que podría suponerse, la contribución de las integrantes femeninas en el movimiento libertador fue copiosa, aunque sólo algunos nombres han sido rescatados por los investigadores, apuntó la presidenta de la Academia Nacional de Historia y Geografía.
La esposa del coronel insurgente José María Rivera, María Fermina Rivera, acompañaba a su marido a los campos de batalla; ahí tomaba el fusil de algún herido y abría fuego con la misma valentía que el mejor soldado.
Murió en acción en Chichihualco al lado de Vicente Guerrero.
Por su parte, Manuela Herrera, huérfana de madre, quemó su hacienda para que los realistas no encontraran recursos y alojó a Francisco Javier Mina en el rancho El Venadito donde ambos fueron hechos prisioneros.
El compromiso del segmento femenino de la población indudablemente contribuyó al triunfo de la causa independentista.
Altagracia Mercado formó una división y fue la cabeza al enfrentar a los realistas.
En uno de los combates fue encarcelada, pero el coronel que comandaba la aprehensión ordenó dejarla libre porque -dijo- "mujeres como esas no merecían morir".
Guadalupe Rangel de García atacó un convoy realista para quitarle las armas y también un grupo de mujeres de Miahuatlán, Oaxaca, asaltó un cuartel realista para llevarse el arsenal, mismo que hicieron llegar a los insurgentes.
¿Qué hacemos nosotros ahora por México, para que resurja?
Nos obliga a difundir la otra visión de la historia de México.
Y transmitirlo a las nuevas generaciones.
Como hacemos con su ayuda doña Norma.
craveloygalindo@gmail.com |
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